Katya Miranda. VoxBox.Katya Miranda. VoxBox.

Derechos Humanos.- Abril siempre ha sido un mes muy especial para mí. Es primavera-verano, tiene vacaciones y cumpleaños. Sin embargo, el 4 del 4 -mi número favorito, por cierto- siempre está ahí, siempre me entristece y me indigna.

El 4 de abril de 1999, Katya Miranda de 9 años de edad fue violada y asesinada en una playa cercana a la Costa de Sol, en La Paz. El crimen sucedió mientras toda la familia dormía. 20 años después, aún no se sabe si la niña salió, si alguien se metió al rancho y la sacó o si alguien de su familia la sacó… 20 años y hay tantas preguntas sin responder, tanta impunidad institucionalizada y tanto dolor.

El caso siempre ha tocado fibras emocionales intrínsecas de mi esencia: violación sexual, mujeres y niñas. Mis hermanas rondaban entre los 12 y los 8 años cuando ocurrió el hecho.

Perder la consciencia

Para el 2001, trabajaba en el área de comunicaciones de una institución promotora y defensora de Derechos Humanos. El caso llegó hasta la oficina y, como parte de mis responsabilidades, me tocó documentar el proceso judicial. Conocí a la madre de Katya y a su hermana menor. Admiraba tanto su determinación y fortaleza. No es fácil mantenerse en pie después de lo ocurrido y, sobre todo, cuando todo apuntaba a que el agresor, o los agresores, estaban dentro de la propia familia.

Para ese año se programó la reconstrucción del caso en el lugar de los hechos. No recuerdo bien la fecha, pero tuvo que haber sido cerca de Semana Santa. Nos fuimos dos o tres colegas de la oficina, junto a un par de periodistas más, hacia el rancho en Playa Los Blancos, en La Paz. Se montaron las tiendas de campaña y otros artículos para hacer la recreación. Todo estaba puesto esperando la hora de inicio.

Y de repente empezó a llover.

Mi primera reacción fue pensar que ya se iba a calmar. Pero eso no pasó. Segunda reacción: cuidar la cámara. Así que corrí hacia el microbús para guardarla. En el camino tropecé con la raíz de un árbol. Recuerdo la arena en mi boca al caer y luego despertar sentado en el microbús, yendo hacia mi casa con la cámara en la mano, sin fotos. Me contaron que se suspendió la reconstrucción del crimen por la lluvia.

20 años en blanco

Tengo más de dos horas en blanco. No sé qué pasó, no sé cómo llegué al vehículo. No sé, no lo sé. 

Yo tengo dos horas en blanco de ese día, de esa escena. No quiero ni pensar qué siente Hilda, la madre de Katya, ni su hermana.

20 años en blanco. 20 años sin respuestas. 20 años sin justicia para una niña de 9 años. 20 años de impunidad para quienes lo hicieron. Yo sigo creyendo que protegen al verdadero autor. 20 años de seguirle fallando a Katya Miranda y a todas las niñas y mujeres de este país.

VoxBox.-

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