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Series animadas contemporáneas que valen la pena (aunque no lo parezcan)

Series animadas. VoxBox.

Entretenimiento.-
Muchos de ustedes me han estado preguntando[i] cuáles son las mejores
series animadas de la actualidad. Cualquier intento de top es siempre subjetivo,
pero acá vengo a proponer una lista.

Primero tengo que mencionar una animación llamada Fantasmagorie. Se trata de la primera
película de dibujos animados de la historia, al menos de la que se tiene
registro. La realizó, en 1908, Eugène Jean Louis Courtet, mejor conocido como
Emile Cohl. Dura un minuto y 57 segundos y la pueden ver acá abajo.

Sacándolo de los pelos, podríamos decir que este corto
animado cuenta una historia, aunque sea muy difícil de interpretar. Pero lo
pongo no solo como un dato curioso e histórico, sino como una referencia para
comprender qué tanto han evolucionado las animaciones en cuanto a calidad, pero
también como un instrumento efectivo para enarbolar grandes discursos.

Las series animadas de los últimos 20 o 30 años se han
caracterizado por dejar atrás la idea de que se trata de contenido infantil.
Los Simpson, sin ir más lejos, nacieron con la idea de representar, con un
sentido del humor escandaloso para la época, a la típica familia clasemediera estadounidense.
Pero, poco a poco, también han sabido construir discursos mucho más complejos,
abordando temática ya no solo “adultas”, sino humanas, demasiado humanas.

Por otro lado, están las series que siguen teniendo como
público objetivo a la niñez, pero incluso la mayoría de esas series han dejado
de lado la condescendencia que antaño permeaban los discursos. Bastará ver Steven Universe, por ejemplo.

Tampoco hay que perder de vista que las series animadas son
productos de entretenimiento, y que, por sobre todas las demás cosas, su
principal misión es no aburrirnos, que para eso ya tenemos suficiente con los
políticos.

Sin más preámbulos, aquí mi propuesta.

Archer

La animación de esta serie está bien cuidada: recuerda
mucho a la que solíamos ver en los cómics, con un toque interesante de erotismo.
Archer es una de esas series que
juegan en la delgada línea de lo políticamente correcto, con situaciones que
recuerdan a The Office, pero con el
elemento del espionaje de James Bond.

Final
Space

Luego de ver lo que ha hecho Rick and Morty en cuanto a ciencia ficción, es difícil que una
serie que transcurre en el espacio pueda innovar en algún lado y superar las
expectativas que ya tenemos. Sin embargo, Olan Rogers (dato innecesario pero cúl: este sujeto se hizo famoso
realizando animaciones enfermas en Youtube) toma todas las referencias pop que ya
tenemos en la mente colectiva sobre viajes en el espacio, para mezclarla con
una comedia facilona y ridícula, escenas de acción bien logradas, y un gancho
lo suficientemente bueno como para que lleguemos al último capítulo sin
entender por dónde se nos pasó el tiempo.

Final
Space
no superaría a Rick
and Morty
ni a Futurama, pero no
tiene que hacerlo: brilla con luz propia, o con estilo propio.

Trollhunters

Inscrita en la categoría de series animadas para niños (y
niñas, vaya), Trollhunters, escrita y
dirigida por el mismísimo Guillermo
del Toro
, es un “espectáculo visual”. Monstruos que en realidad no lo son
(nada raro en Del Toro), personajes que crecen muchísimo a medida avanza la
trama, y giros inesperados. No se dejen engañar por los trolles adorables y las
luces chillantes, Trollhunters es
pura sabrosura de principio a fin.

Hilda

Hilda es una producción original de Netflix
basada en el cómic homónimo de Luke Pearson. Hilda es una niña que ha vivido
toda su vida en medio de la naturaleza salvaje junto a Johana (su madre) y Twig
(su mascota zorro-ciervo). Por motivos de fuerza superior, Hilda y su madre
deben mudarse a la ciudad de Trolberg y, en medio de todo esto, la niña se
enfrenta con criaturas de todo tipo, propias del mundo de la fantasía.

Al igual que con Trollhunters,
esta serie podría resultar engañosa para los que buscan contenido más
serio, formal y adulto. Es una historia infantil, sí, pero entretenidísima a
más no poder, y con un tono que impregna esa mística propia de las series
clásicas.

BoJack
Horseman

Si hay una serie que aborda sin tabúes los temas más agudos
de la adultez, esa es BoJack. La
depresión
, la ausencia de identidad y de propósitos de vida, el vacío
existencial de ciertas edades, aderezado con un sentido del humor agrio,
vuelven a esta historia una de las más complejas de cuantas se hayan producido
en los últimos años.

Big Mouth

Quizás no debería decirlo, pero dejé hasta acá abajo mis
dos series animadas favoritas. Big Mouth ocupa el podio de oro (en mi corazón)
por la sencilla razón de que es la serie que hubiese necesitado en mi
adolescencia temprana. La sexualidad, los cambios corporales, o las relaciones
de amistad y amor son tratados acá con una belleza y sencillez impresionantes. ¿Qué
sucede cuando un chico descubre los placeres íntimos de la masturbación? ¿O qué
sucede cuando en la vida irrumpe ese inquietante monstruo hormonal? ¿Cómo se
desenvuelve la relación con los padres en esta época confusa y decisiva?

Si van a agarrar consejo para ver una sola de las series
que acá menciono, les recomiendo que vean esta. Si tienen pubertos cerca,
veánla con ellos.

Además, la canción del inicio es deliciosa:

No sé cómo darle un cierre a esta nota, así que les pregunto: ¿qué series animadas actuales meterían acá? Rick and Morty, Steven Universe y Adventure Times los dejé afuera a propósito, pero también soy bien fans de esas.

[i]
Nadie me ha preguntado nada, pero quería sentirme influencer guanaco por una puta vez en la vida malditaseaporquénadiemepagaparapromocionarcosas.

VoxBox.-


Nada: Literatura y ataques de pánico

Nada de Janne Teller. VoxBox.

Literatura.- La vida es una secuencia de decisiones, de descubrimientos, de golpes y caídas, pero al final del día la mayoría de nosotros consideramos que todo vale la pena.

Bueno, al menos pensamos así la mayoría del tiempo. Resulta pertinente contarles que a veces una parte de mi se niega a ser positiva, generalmente cuando eso ocurre, el estrés se refleja en un mínimo drama al cual llamaré “ataque de pánico”. Hace poco más de una semana sufrí uno de esos episodios, lo que derivó en que, como buena masoquista que soy, terminara buscando un libro desalentador. Cuando esa necesidad se apoderó de mí, solo pude pensar en uno: Nada, de la autora danesa Janne Teller.

Nada es un libro escrito a inicios de la década pasada, con él la autora buscaba escribir algo similar a una fábula para niños, y en cierta medida lo logró. Sin embargo, lo que encontramos en sus páginas conforme avanzamos con la lectura está mucho más relacionado con las verdades más crueles de la vida.

Durante bastante tiempo el libro estuvo censurado en varios países europeos, ya que la secuencia de los hechos que se narran en él se halla al filo del horror y lo macabro. Esta fábula cruel se desglosa a lo largo de más o menos ciento cincuenta páginas, es de lenguaje sencillo, no busca sorprendernos con parafernalia barata. Sin embargo, sorprende, claro que sorprende.

La premisa es la siguiente: “Nada importa. Hace mucho que lo sé. Así que no vale la pena hacer nada. Eso acabo de descubrirlo”.

El personaje principal de esta novela es Pierre Anthon, y es a quien le debemos la frase ya citada. Se trata de un adolescente rebelde, que luego de cuestionar todo lo que lo rodea, descubre que en verdad nada vale la pena, nada importa, y si nada importa ¿por qué debemos hacer algo? Es a partir de ese momento en que un malestar generalizado se apodera de sus compañeros de colegio.

Todos saben que Pierre tiene razón, que no es un chico trastornado que ha decidido subirse a un ciruelo y gritar a los cuatro vientos que nada importa en realidad, no, sus argumentos están validados, la vida es tal cual como la plantea, y ese sentimiento hace que los chicos busquen la manera de que cambie de opinión.

Es esa búsqueda lo que da pie a la crueldad de esta historia. Los veinte compañeros de salón de Pierre Anthon deciden que es tarea de ellos encontrar elementos de la vida cotidiana que tengan significado suficiente significado para creer que la nada no se apoderará algún día de nuestras vidas.

Y ojo ahí, esa búsqueda de significado es lo que marca un in crescendo en la narrativa, pues está claro que todos, sin importar nuestra edad, estilo de vida, condición social o lo que sea, pretendemos creer que nuestras vidas poseen sentido, hay días que el vacío se apodera de nosotros, pero la vida moderna nos brinda paliativos, “fast food de los sentimientos” podríamos llamarlo. Y entonces, logramos continuar, pero ¿qué tan capaces somos de luchar contra todo ese vacío?

Muchas de las críticas que he leído sobre este argumento se basan en la brutalidad y la sangre fría con la que los chicos de entre 12 y 14 años ejecutan el plan para que Pierre baje del ciruelo y la vida del colegio vuelva a la normalidad. Y es cierto, la entrega de significado empieza con una bicicleta, pero termina con cosas que en realidad no son cosas, son sentimientos, la propia inocencia se pierde en el camino.

Ninguno de los chicos sale indemne de esta lucha contra la nada, por supuesto, el lector tampoco. La novela genera un malestar, inconformidad quizás, ¿vale la pena perder tanto? ¿cuánto es “tanto” si nada importa?

Nada es un libro que por momentos es difícil de leer, que golpea sin medida, no pretende tocar fibras sensibles, no está pensado para hacernos llorar. Busca romper costillas, no dejarnos en paz, quiere que nos hagamos esa pregunta terrible, ¿nuestra vida vale algo?

Es así como la autora nos regala una historia donde pone sobre la mesa la violencia entre los adolescentes, la ética, la indiferencia ante el dolor, el fanatismo y la pérdida. Este libro es una oda cruel al existencialismo, pero creo que es un pasaje necesario en la vida de cada ser.

VoxBox.-

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