Literatura.- Es un hecho notorio que Harry Potter es mundialmente conocido. Todos sabemos algo sobre ese mundo mágico, e independientemente de nuestros gustos lectores o cinéfilos, internet lleva años explotando en spoilers por doquier.
Es también otro hecho notorio que con mis 26 años a cuestas me encuentro fuera del público al que los libros de J. K. Rowling están dirigidos, al menos en principio.
Sin embargo, y a manera de casualidad, hace un año me retaron a leer esta saga. Antes de aceptar me lo pensé bien. Las películas nunca me habían sorprendido. Es más, no recuerdo haberlas visto más de una vez, a excepción de Harry Potter y el cáliz de fuego. Sabía que soy malísima leyendo historias que sobrepasen un libro, ni siquiera con las trilogías puedo, mucho menos iba a lograrlo con siete libros. No obstante, meses después de aquella insinuación, el destino volvía a jugar conmigo, poniendo los libros donde quiera que iba, así que esta vez sin pensarlo mucho, me decidí a comprar el primero de la saga, Harry Potter y la piedra filosofal.
Debo aclarar que transcurrieron casi cuatro meses para que me dignara a leerlo.
Ahora bien, quiero dejar claro que esta es mi simple percepción de las cosas, que nunca he sido muy fanática de lo fantástico y que quizás esta nota no sea lo suficientemente imparcial, porque la saga me encantó y porque lloré mucho con ella.
¿Por qué leer Harry Potter si ya eres mayor?
Primero
Porque será un viaje a la infancia. Los tres primeros libros hacen querer tener 12 años y ser un estudiante de Hogwarts, aprender a montar tu propia escoba voladora, probar las delicias en el comedor del castillo, y sobre todo explorar las maravillas de un mundo mágico. Pero hay algo más, y que suele dejarse de lado cuando lees de niño, que ya de mayor entiendes perfecto, y es la certeza de morir. Harry Potter debe morir, todos vamos a morir indiscutiblemente, esperando que no sea en una batalla mágica, pero ciertamente moriremos.
Es esa certeza de nuestra propia mortalidad lo que vuelve enriquecedor a estos libros. Los seres humanos crecemos con el temor a la muerte, lo llevamos como una cruz a cuestas, pero en realidad todos debemos morir.
Segundo
Lo poco que recuerdo de las películas es que, si bien es cierto que el personaje de Hermione es fuerte, inteligente y muy capaz, las ideas por las que su personaje sorprende en el libro son mucho más fuertes, van más allá de su propia naturaleza. Hermione es para mí una revolucionaria. A lo largo de la historia, lucha por los derechos de los elfos domésticos, lucha porque la verdad se conozca, pelea porque el sistema corrupto en el que vive cambie, y que así los que son menospreciados tengan el mismo valor ante todos, y en ese acto hay una muestra enorme de nobleza, pero también de coraje (por algo es un miembro distinguido de la casa de Gryffindor).
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Tercero
Son libros muy críticos con nuestros conceptos de sociedad, o lo que entendemos como correcto. El mundo mágico también posee sus problemas raciales o de clases. Basta que leamos como la Familia Malfoy menosprecia a la familia de Ron, uno de los principales personajes de la trama. Ese desdén es en principio por el hecho de ser pobres, porque todos los hermanos Weasley tienen que reutilizar los libros de los mayores o sus uniformes. Y claro, todos sabemos que eso ocurre en nuestra sociedad, aunque vivamos en países tercermundistas (donde a todos nos falta algo), siempre va a existir el niño o grupo de niños, y por qué no, de adultos, capaces de herir con palabras que hacen sentir inferior a otro, por el solo hecho de tener menos. Quizás al comprender esta situación como adultos, meditemos en la educación de nuestros futuros hijos, o de nuestros sobrinos. Tal vez Harry Potter ayude a cambiar el mundo algún día.
Cuarto
Quizás es el punto más cliché de esta nota, pero nunca hay que juzgar a alguien por el sitio del que viene. En los libros, la escuela de magia está dividida en cuatro casas, y cada estudiante pertenece a una en específico, según ciertas características. Sin embargo, la cuarta casa, que resulta ser la menos competitiva, es Hufflepuff. Esta casa se fundó con los estudiantes que las demás no tomaron, sin importar mucho que tan hábiles fueran, o de que familia provenían, y siempre fueron vistos de esa forma, como los “otros”. Sin embargo, los miembros de esta casa siempre mostraron ser fuertemente leales. En la batalla final, por ejemplo, sin pensarlo decidieron luchar y defender su colegio, sin importar los peligros a los que sabían se enfrentarían.
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Quinto
La amistad es la línea central en la que se basan los libros de J. K. Rowling. Algo que me encanta de los libros, y que en las películas no se muestra como debería, es el vínculo afectivo que va más allá del trío principal. Tenemos la honestidad de Luna Lovegood, la valentía de Neville Longbottom, la lealtad de Dobby, y por qué no, el arrepentimiento de Draco Malfoy. Harry Potter nos muestra que la amistad no tiene por qué ser perfecta, que tus verdaderos amigos no tienen que ser aquellos que superen las expectativas de los demás, y que los actos de nobleza pueden venir hasta de quien menos lo esperas.
Sexto
Por último, de mayores podemos entender que ese horrocrux que está impregnado en alguna parte del propio Harry Potter, y que lo une con su mismísimo enemigo, es sin duda la parte mala que habita en todos nosotros. Porque siendo honestos, sin importar qué tan buenos tratemos de ser, siempre cometeremos un acto de maldad: no importa si es una palabra hiriente, un comentario cínico y fuera de lugar, o un acto de violencia como tal, es parte de la naturaleza del ser humano, es una lucha constante con nosotros mismos. Rowling nos muestra que la única forma de liberarnos de nuestros demonios internos es destruirlos, pero que, en medio de esa destrucción, similar a la muerte, podremos ser libres por fin.