Vamos directo al grano: Doctor Strange vale la pena. ¿La recomendaría? Sí. Es entretenida. Es quizás de las películas de Marvel que más he disfrutado.

Opinión.- Vamos directo al grano: Doctor Strange vale la pena. ¿La recomendaría? Sí. Es entretenida. Es quizás de las películas de Marvel que más he disfrutado. Además, soy fanático de Cumberbatch desde que protagoniza a uno de los mejores Sherlocks Holmes que se han visto en el cine o televisón.

(Acá comienza el spoiler)

Como punto fuerte de la cinta voy a rescatar a Tilda Swinton.

Sí, como ya lo saben, Swinton hace cualquier película un lugar mejor, un lugar extraño y un poco lúgubre, pero bello. Lo hizo incluso con Narnia. El hecho de que interpretara un personaje que —de acuerdo al comic— le correspondía a un hombre, hace su trabajo todavía más genial, aunque los puristas digan lo contrario. Ningún hombre habría podido darle el toque justo de excentricidad a ese personaje. Y verla sin cabello solo resalta el punto inicial: Swinton hace todo más extraño, pero más bonito.

Pero Doctor Strange no es perfecta. Los efectos especiales no son los mejores y, quizás por eso, las escenas de las peleas en los que todo el mundo visible da vueltas, y los edificios se vuelven engranajes gigantes de una máquina psicodélica, tienden a cansar un poco.

Otra debilidad tremenda son los diálogos. Aunque la trama me pareció interesante —un poco trillada, pero interesante— los diálogos me provocaron mucha pereza: básicamente se resumió toda la literatura de autoayuda y motivación en un par de horas de película. En serio, muy mal todo con este punto.

Para ser justos, debo decir que el sentido del humor estuvo bien utilizado. Los chistes eran contundentes y la mayoría de veces bastante oportunos.

Y por último, como dije al principio, está la gran fortaleza de la película: Benedict Cumberbatch. Junto con Swinton, uno de los excéntricos favoritos de todo. Uno de los líderes indiscutibles de la larga y noble tradición de actores nerd. Pero no nerd/playboy al estilo Robert Downey Jr. Nerd normal. Nerd más real. Aunque el doctor Stephen Strange se parece más a Tony Stark, Cumberbatch logra hacer que el personaje muestre sus radicales diferencias con el resto de superhéroes de la franquicia —después de todo se trata de un hechicero— y abre toda una gama de nuevas posibilidades. Tal vez en un futuro no tan lejano ya no hablemos de un «universo Marvel» sino de un «Multiverso Marvel».

Ojalá que así sea.

VoxBox.-

Por Ricardo Corea

A los locos no nos quedan las biografías, diría Roque Dalton. A veces escribo sobre literatura.

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