Noticias.- Dos agresores armados con cuchillos tomaron varios rehenes el martes pasado, en una iglesia cerca de la Rouen, la capital de Normandía.
Jacques Hamel, el párroco auxiliar de esta iglesia, de 86 años, fue degollado mientras otra persona sufrió heridas graves y estaba entre la vida y la muerte, dijo el portavoz del Ministerio francés del Interior Pierre-Henry Brandet.
“Vinieron de repente. Hablaban árabe. Vi un cuchillo y salí cuando empezaron a atacar el padre Jacques. Ni siquiera sé si se dieron cuenta de que huía”, ha asegurado a Le Figaro una monja que logró escapar y que ha pedido permanecer en el anonimato.
El atentado ha sido reivindicado por el Estado Islámico, a través de su agencia de noticias Amaq, siguiendo la misma fórmula aplicada en los últimos atentados en los que ha asumido su autoría.
Este atentado sería el primero contra la comunidad católica en Europa con muertos, dado que dos atentados fueron desactivados en 2015, uno en Villejuif y otro a la turística Basílica de Sacre Coeur.
Por su parte, el portavoz del Vaticano ha dicho: “Estamos particularmente afectados por esta violencia horrible y que ha ocurrido en una iglesia, un lugar sagrado en la que se anuncia el amor de Dios, por el brutal asesinato de un sacerdote”.
El atentado se produjo en un momento de alerta en Francia, después de lo ocurrido el Día de la Bastilla en Niza, en el que murieron 84 personas, y una serie de ataques mortales el año pasado reivindicados por el grupo Estado Islámico.
Francia se encuentra en estado de emergencia y tiene presencia policial adicional tras el ataque del 14 de julio en Niza, en el que un hombre arremetió contra la multitud con un camión en el paseo marítimo de la ciudad.
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