Por una parte, The Defenders se siente abrumador, pues no solo regresan los respectivos protagonistas de las series anteriores, sino también todos sus aliados, cruzando caminos.
Opinión.- Tras cuatro años de planificación y expectativa, desde que Netflix anunció sus planes en conjunto con Marvel de producir series sobre los superhéroes menos conocidos de la compañía (que puede que simplemente no fueran considerados “material para los vengadores”), ya se tenía desde un principio unirlos en su propio crossover, ciertamente una forma de repetir la misma formula y el éxito que tuvo la culminación de su ambiciosa Fase Uno en la gran pantalla, con el estreno de The Avengers.
Ahora, después de haber visto las cuatro series individuales que incluyen a Daredevil (con dos temporadas), Jessica Jones, Luke Cage e Iron Fist por fin ha llegado el tan esperado momento de evaluar los aciertos y quizás algunos errores cometidos en esta última serie que da fin a otra era para Marvel en su asociación con Netflix, uniendo a este grupo tan variopinto con la primera temporada de The Defenders, cuyo estreno en la plataforma streaming fue este viernes 18 de agosto.
Para empezar, una de las cosas, a las que lamentablemente tenga que adaptarse la mayoría de la audiencia, es a tener que familiarizarse primero con el resto de las temporadas que le preceden a esta (aunque personalmente podrían saltarse Iron Fist). Es indudable que lo hace más gratificante y es evidentemente necesario, pues es la única forma de entender los puntos en común que existen entre estos personajes y la relación que existe con cada uno de los secundarios.
Por una parte se siente abrumador, pues no solo regresan los respectivos protagonistas de las series anteriores, sino también todos sus aliados, cruzando caminos y estableciendo además nuevas relaciones; sin embargo, todo esto tratado con suma delicadeza para que llegue a sentirse que avanza de manera fluida, lo suficiente como para que en los primeros episodios el encuentro no parezca el capricho de guionistas, sino que hayan verdaderas circunstancias y pequeñas coincidencias que hicieron inevitable esta unión.
He aquí lo más positivo de la serie, ya que cada una de estas personalidades tiene su propio peso con una relevancia distribuida de forma equitativa, pero que además se sienten muy bien cohesionados, trayendo situaciones verdaderamente entretenidas, que te dan un segundo para escapar de la trama y disfrutar viendo a superhéroes hablar de sus vidas privadas o burlándose de ellos mismos, como la interacción entre Jessica Jones y Daredevil, o el vínculo que se forma entre Luke Cage e Iron Fist, mostrando bastante respeto por la fuente original, al ser estos dos “mejores amigos” en los comics.
Otro de los mayores puntos a favor es la dirección artística. Ciertamente hay que recordar que cada uno de estos protagonistas fue presentado en su propio espacio. Estamos hablando de cuatro series previas con una estética propia y definida, y desde el primer episodio de The Defenders este apartado visual fue respetado en el respectivo entorno natural de cada uno de sus personajes, además con su propia paleta de colores distintiva. Pero a medida que avanzaba, todos estos elementos visuales fueron amalgamándose en un solo estilo, sin que resultara siendo grotesco.
Aunque el apartado de la historia deja algo que desear, al recaer en líneas argumentales previas más centradas en Daredevil e Iron Fist (que francamente este no es el más interesante de todos), sin duda se debe al ser más como una especie de subproducto, y precisamente se trata de algo pensado para ser un crossover de acción como los que estamos acostumbrados a ver en el mundo de los comics o en episodios especiales, solo que aquí resulta ser una maratón extendida de ocho horas de contenido exclusivo.
Es una serie realmente hecha con precisión, y al igual que su universo cinematográfico se muestra como este formato también se adapta bien e incluso un poco mejor a la idea de tener diferentes historias y vidas paralelas pero interconectadas por una sola amenaza o enemigo común, siempre con sumo cuidado y respeto por las propiedades que utilizan, reiterando que cada personaje es importante a su manera, con algo único para ofrecer tanto para el equipo como por su propia cuenta.
Si ya formas parte de los que suman a cada proyecto audiovisual que lanza Marvel, este no decepcionará o al menos no te dejará indiferente por aburrimiento. Es justamente lo que esperábamos ver, un grupo de vigilantes callejeros usando sus poderes contra ninjas y poderes ancestrales, con una genial banda sonora.
Suena loco que estos conceptos fantásticos más propios de series animadas sigan funcionando para una audiencia madura, pero estas son las posibilidades que este género de superhéroes ha traído consigo en la última década y que encima promete mucho más en el futuro. Solo queda advertir que esperen hasta los créditos del último episodio para ver el teaser de otro personaje que tendrá su propia serie, otro regalo poscréditos a los que ya nos acostumbramos.