He aquí razones por las que Narcos merece no solo ser recomendada a otros por primera vez, sino también tener una segunda revisión.
Opinión.- En 2014, cuando Netflix anunció la producción en conjunto con Gaumont International de una serie original basada en la vida del famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar, es muy posible que se haya levantado la ceja de muchos de forma suspicaz. Aunque Netflix como empresa ya es sumamente reconocida no solo por sus servicios de streaming de películas y series populares, sino también por la producción de series de alta calidad para su plataforma, esta propuesta sin duda tenía dos grandes dificultades para calar en una audiencia internacional desde el inicio.
La primera era (y no creo ser el único en pensar esto) es que hay demasiadas series sobre Pablo Escobar o referente al mundo del tráfico de droga de los carteles colombianos y mexicanos. No por eso quiero decir que sea un mercado que deba desestimarse, ya que existen buenos productos a raíz de esta moda (en cierta forma, el concepto de Breaking Bad se nutre de muchas de estas ideas), pero hay que admitir que es un recurso que se está volviendo gastado.
La segunda dificultad era contar una historia que siempre estuvo bajo un contexto sumamente latinoamericano, pero a través de los ojos de los “gringos”. Por más que el Gobierno norteamericano haya estado involucrado en la captura de Escobar, en la vida real siempre hay un grado de resistencia cuando ellos cuentan “su versión oficial” de los hechos, un exceso de patriotismo que no es de agrado más que para ellos.
Pero por suerte todas estas dudas se disiparon rápidamente, tras una exitosa primera temporada que no solo le concedió a Netflix la seguridad para irse con todo en una segunda tanda que continuara con la caída del imperio de Escobar, sino que además promete indagar en la parte más ignorada de la historia del cartel de Cali en una tercera y cuarta temporada.
Aún a la expectativa del estreno de su tercera temporada este 2017, he aquí razones por la cual Narcos como serie merece no solo ser recomendada a otros por primera vez, sino también tener una segunda revisión.
Respeto por la cultura latinoamericana
A pesar de estar contada en su mayoría desde la perspectiva de un agente la DEA, Steve Murphy, como uno de los personajes principales y en teoría el protagonista de los “buenos”, la serie se enfoca en retratar con extrema fidelidad la cultura latinoamericana y el folclore colombiano.
El uso de música popular en español, referencias al catolicismo o el realismo mágico, el uso de locaciones en barrios reales de Colombia, pero no de una forma denigrante sino realista bajo el contexto de la época. Gran parte del idioma empleado es el español por defecto, con muy marcados acentos locales, una opción arriesgada tomando en cuenta que en Estados Unidos no acostumbran a tener un uso tan constante de subtítulos; sin embargo, no por eso la serie dejó de ser un éxito, sino más bien vista como un producto exótico.
Un elenco notable con papeles bien construidos
Muchos espectadores sudamericanos podrán reconocer a algunos actores latinoamericanos presentes previamente en una diversidad de películas e incluso telenovelas, pero en esta ocasión prestan todo su talento para darle vida a complejos personajes llenos de emociones y motivaciones sumamente universales. No importa que algunos hayan tenido pequeños roles secundarios, o solo unos cuantos episodios como el caso de Alfredo Castro o de Luis Guzmán. Todos tienen su impacto dentro de la historia.
Por no decir que el trabajo de investigación y las dificultades de Wagner Moura para un papel tan fundamental en la serie como el de Pablo Escobar no solo son memorables, sino que ya le han dado un estatus de una interpretación icónica.
Sumamente centrada en los detalles
Murphy como protagonista da al espectador explicaciones muy detalladas de los procesos y planes de captura empleados por distintos organismos gubernamentales contra los narcotraficantes en la década de los ochenta, contrastando sus métodos con la tecnología de hoy en día, además de dar a conocer la terminología básica y los límites de la jurisdicción de la DEA en otros países, incluyendo también el impacto que tienen las decisiones del respectivo poder ejecutivo.
La voz en off, aunque pueda parecerlo, no está sobrecargada con exposición, porque es una narración realmente amena, fascinante y hace que la historia sea fluida para que cualquiera pueda comprender cada paso que dan sus personajes. Es una serie policial como muy pocas, llena equitativamente de acción y momentos de verdadera tensión, pero también centrada en mostrar con fidelidad el proceso de investigación y explicar lo pertinente sobre los procedimientos de captura reales.
Adecuada reconstrucción de los hechos reales
Cualquiera puede encontrar una buena historia real en el periódico y tener planes de adaptarla para un producto de entretenimiento, pero pocos tienen la maestría de lograr contar una historia tan compleja como lo fue el ascenso y descenso de un rey de la droga histórico, como lo fue Pablo Escobar.
Cada acción genera siempre una reacción en cadena y es precisamente con ese enfoque bajo el que se centra el guion, usando a su favor los hechos reales que a veces son más impresionantes que la ficción, logrando un nivel intensidad pero de también la rapidez necesaria para tener un producto televisivo. No son meses los que abarca la serie, sino años, pero mostrados con naturalidad.
Narcos es una excelente opción para una maratón del fin de semana, con cada episodio dejando a la expectativa y suspenso por saber lo que ocurrirá a continuación. Es una experiencia que vale la pena repetirse.