Literatura.- El libro del que voy a hablar esta vez no es común. Cierto es que las autobiografías son lo de hoy, que vivimos en un mundo lleno de Kardashians y gente se cree tan interesante o importante, como para escribir sobre sí mismo.
Pero no, este libro tiene algo especial: Instrumental, se llama. Refleja las primeras memorias de James Rhodes, un inglés dedicado a la música clásica. Este libro, como bien lo define el propio Rhodes, habla sobre memorias de música, la música que lo salvó; medicina, la que en lugar de ayudarlo lo hundió más; y locura, el síntoma indiscutible de que está vivo. Desde ese preámbulo sabemos que no es un tipo cualquiera contando su historia.
El libro pudo ser publicado hasta el año 2015, luego de atravesar una batalla legal entre el autor y su exesposa, quien alegaba que el contenido del mismo podría dañar psicológicamente al hijo de ambos. Pero James y su representante lucharon porque estas memorias fueran conocidas, ya que el libro representa en parte una forma de terapia para el autor, y es así como el Tribunal Supremo de Londres consideró que su derecho a hablar libremente sobre su sufrimiento era preponderante.
La infancia jodida de James
James era un niño normal, extrovertido y dinámico que nació en la típica familia de clase media inglesa, que empezó a estudiar en un colegio cercano a su hogar. Pero a los 6 años descubrió el lado más tenebroso de la infancia: su profesor de educación física abusó sexualmente de él, clase tras clase, durante casi cinco años, y los abusos habrían continuado sin duda, pero James se cambió de colegio cuando tenía 10 años de edad.
Podrán decirme entonces que el libro aparentemente es otro panfleto de un tipo que quiere hacerse rico, o al menos famoso, a costa de una infancia jodida. Podría ser, yo lo pensé en algún momento, pero mi percepción cambió justo después de leer el primer capítulo.
Leer escuchando música clásica
La belleza del libro está en muchos detalles. Cada capítulo tiene el nombre de alguna pieza de música clásica, tocada en piano por supuesto. James nos cuenta un poco sobre la vida del compositor de dicha pieza, y así entrelaza su propia historia. Me he leído el libro escuchando música clásica, algo extraño para quien lee bajo los efectos de Bon Iver, Sigur Rós y Radiohead, pero creo que esa es la forma correcta de entender, al menos un poco, la locura y el amor que siente este hombre por la música. No es solo seguir las indicaciones del libro: ese ritual es parte de la historia, y como lectores comprometidos debemos vivirla así.
Otro aspecto que debo resaltar es la forma en que el autor nos habla. No usa frases rebuscadas o que pretendan parecer brillantes. Siento que lo hace como que se lo contaría a un amigo muy íntimo. La edición que leí es la editada por Blackie Books, por supuesto, con una traducción sumamente española, por lo que desde el inicio sentí la necesidad de leerlo en inglés, y verificar esa cercanía en la narración.
James Rhodes cuenta muchas cosas feas que tuvo que soportar a lo largo de su niñez y adolescencia: traumas físicos, psicológicos y del alma que aún lo acompañan, a pesar de que esa violencia de la que fue objeto sucedió hace treinta años. Pero tampoco se siente un superhéroe. Sí, es un sobreviviente, pero ha sobrevivido muchas veces sin desearlo. Ha cargado con el peso de la culpa durante décadas, la culpa que viene de ese sentimiento de vergüenza que producen las violaciones. Durante mucho tiempo no lo habló con nadie, y cuando por fin lo hizo, supo que no siempre sería visto como el horror que realmente representa cualquier violación, aun más cuando la victima es un niño pequeñísimo.
Instrumental y la salvación
Cada vez que estaba hundido, cada vez que su mente le decía que ese era el último día de su vida, había un par de cosas que lo salvaban. Estar loco, chalado o desorbitado es una situación complicada, cuando tienes un hijo al que amas más que a cualquiera y a quien no quieres dañar. Su hijo, y la música de Bach, específicamente La chacona, son los dos elementos principales para que este hombre esté con vida.
https://www.youtube.com/watch?v=QqA3qQMKueA
Instrumental es la representación de que hay cosas que nos salvan. El libro no es perfecto, puede ser que por momentos odiemos a James, quizás porque creemos que nosotros en su lugar habríamos actuado de forma diferente, mejor.
Pero también descubrimos que el tipo es muy simpático, que toca con bastante gracia el piano, y que tiene la capacidad de reírse de sí mismo, de estar tremendamente jodido, pero, aun así, bajo un momento de lucidez, pensar en los que ama.