Yo propongo celebrar Sant Jordi (o el día de San Jorge), aun y cuando sea una celebración arraigada como tal solo en algunas ciudades de España.
Literatura.- No me malinterpreten: reconozco que muchas personas celebran la Navidad con base en una creencia cristiana o religiosa. Pero siendo honestos la mayoría lo ve como un evento comercial, en el cual lo que se observa en abundancia es la fiesta y los regalos.
Siendo así las cosas, yo propongo celebrar Sant Jordi (o el día de San Jorge), aun y cuando sea una celebración arraigada como tal solo en algunas ciudades de España. Veámoslo como una superferia del libro, en donde muchos autores hacen firmas y exposiciones sobre su obra: un evento cultural para ser felices, incluso si no eres un gran lector.
En el Sant Jordi del cual hablo es tradición regalar libros y rosas, salir a recorrer las plazas llenas de libros, nuevos o usados, de autores clásicos o del autor juvenil de moda. Me lo imagino como un tipo de paraíso terrenal. En algunos países como El Salvador, el 23 de abril algunas universidades, casas de la cultura o clubes de lectura se toman la tarea de liberar libros por la ciudad. En lo personal solo he participado una vez, en la cual me di cuenta que a pesar de ser una actividad hasta cierto punto educativa o cultural, muchas personas lo ven extraño o no le toman importancia.
Celebremos el Día Internacional del Libro, esperemos su llegada como esperamos el primero de enero o las vacaciones de verano. Seamos felices entre estantes de libros, y sobre todo ¡leamos!, porque tanta falta que nos hace.
Pero bien, dejando de lado la tradición de la que les hablo, este año he visto cómo la mayoría de librerías de mi país (El Salvador) se han encargado de llenar las redes sociales de publicidad relacionada con el tema. Sus propuestas se centran en retos y una serie de descuentos al estilo Black Friday, pero por algo hay que empezar, ¿no creen?
Así que les deseo un ¡feliz Sant Jordi!, y felices lecturas
Por cierto, si deciden hacer alguna compra para conmemorar este día, les dejo un par de recomendaciones.
La Carne, de Rosa Montero
Se trata del más reciente libro de la autora española y es una lectura bastante amena y atrayente. Las personas a las que conozco y que la han leído concuerdan conmigo en que sin duda es una lectura necesaria.
Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll
Me declaro fiel seguidora de Alicia. Es ya un clásico de la literatura y no solo eso, sino que además es disfrutable tanto para chicos como para adultos.
Emily the Strange, de Rob Reger
Es una serie de libros que se asemejan a una historieta. En lo personal me parecen historias bastante entretenidas, aunque creo que están dirigidas a un público adolescente. Los libros se centran en Emily, una chica de trece años, bastante inquieta e irreverente, que junto a su pandilla de gatos negros se sumergen en distintas aventuras.
El desencanto, de Jacinta Escudos
Jacinta Escudos es mi autora salvadoreña favorita. Considero que este libro es el que menos se parece entre sí con la demás obra de la autora; sin embargo, eso no le quita el mérito de ser muy bueno, por lo que lo recomiendo mucho.
El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald
Un clásico de la literatura (al menos para mí). No es una historia feliz pero sí mágica. Creo que me tardé demasiado tiempo en atreverme a leerlo, pero desde la primera página el lector se da cuenta del buen libro que tiene entre sus manos.
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Autora: Vanessa Ramos. Abogada y lectora asidua.
VoxBox.-