Las chicas es un libro necesario que nos muestra la vulnerabilidad del ser humano, sobre todo cuando se está solo y se ha perdido la esperanza en el futuro.

Literatura.- “Volví la mirada por las risas y seguí mirando por las chicas… Las examiné con una mirada boquiabierta, flagrante y descarada…”, así es como da inicio esta historia, Las chicas, escrita por la novel Emma Cline, quien a su corta edad y con una licenciatura en Bellas Artes bajo el brazo nos muestra con elegancia y delicadeza la historia cruel de un grupo de chicas que se niegan a crecer o que quizás crecieron demasiado pronto.

El libro se desarrolla en el terrible verano de 1969, y se desenvuelve con el trasfondo de una historia real, que en la actualidad ha sido estudiada con vastedad. Cline se basa en la familia Manson y el crimen que cometieron en ese verano triste. Pero por supuesto que la historia no es una más sobre la noche de la masacre orquestada por el hasta ahora icónico Charles Manson y ejecutada por sus chicas, no: esta es una historia sobre amistad, sobre el descubrimiento de uno mismo y sobre la soledad. Pero no me malinterpreten, en ningún momento cae en el diálogo simple de un libro para adolescentes. La forma de escribir de la autora, y como bien lo ha planteado la crítica a nivel mundial, es asombrosamente fuerte, directa y que trata de forma sutil temas tan brutales como la venganza desmedida, el abuso sexual y la pérdida definitiva de la inocencia.

Es un libro sin duda alguna necesario, que nos muestra la vulnerabilidad del ser humano, sobre todo cuando se está solo y se ha perdido la esperanza en el futuro. Nos muestra la lucha interna que puede vivir una joven, entre quedarse y soportar la monotonía de una familia que se desmorona, o volverse seguidora de alguien en apariencia genial, que en un primer momento brinda seguridad y compañía, pero que a la larga representa un callejón sin salida hacia el abuso y la violencia.

Llega un punto en la lectura en que te das cuenta de lo que en realidad Emma Cline te está contando, y es una historia de abusos, una historia tristísima que ocurre a diario en casi todo el mundo. Es inquietante ver cómo un grupo de jóvenes, en su mayoría mujeres que no sobrepasaban los veinte años, estaban decididas a matar por su ídolo, por Russell o Charles, o el nombre de X persona, el que tú quieras colocar. Es la muestra fehaciente del dolor que nos causa crecer y de los riesgos que se corre en el proceso. Todos deberíamos leerlo y tratar de comprender que el sufrimiento de la adolescencia y la mezcla de soledad y abusos solo creará a seres humanos rotos, y que mientras los ciclos de violencia consentida sigan produciéndose, las sociedades modernas continuarán siendo aterradoras.

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Puntuación: 5/5

VoxBox.-

 

Por Vanessa Ramos

Abogada y lectora asidua.

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