Sabemos que la responsabilidad de ser madre no es nada sencilla. Es muy fácil cometer errores, porque después de todo no existen manuales para esta delicada labor.
Estilo de vida.- Las nuevas generaciones de niños son usualmente tildadas de perezosos y groseros. Niños consentidos y extremadamente malcriados. Pero la culpa de este comportamiento no es totalmente de ellos. La mayor parte recae en los padres, y con especial énfasis en la madre.
La necesidad de algunas por convertirse en supermadres para sus hijos trae consigo consecuencias nada agradables. A veces es mejor convertirse en malas madres.
Te dejamos 5 claves para convertirte en la mala madre que quizás tu hijo necesita:
1. No les facilites la vida
Probablemente tu hijo se vaya a encontrar en la vida con personas que no les agraden: compañeros de escuela, profesores, entrenadores, directores, etc. Debes evitar la tentación de hacer un escándalo o de mover palancas con tus contactos hasta arreglar la situación a su preferencia. Aunque suene muy rudo, lo cierto es que tu hijo deberá enfrentarse alguna vez con situaciones o personas que no le van a agradar, pero tiene que aprender a lidiar con ellas por su cuenta.
2. Dormirse temprano aunque no quieran
¿Alguien desconoce la importancia de una buena noche de sueño para la salud de un niño? Sé una madre responsable y manda a tu hijo a la cama a su hora. No importa si lo desea o no, mantente firme.
3. Que paguen por sus cosas
Aprender el valor de las cosas. Las cosas importantes de la vida no tienen precio, sí, pero en el mundo real todo lo tiene. Enséñales que su celular, sus videojuegos o sus salidas con los amigos cuestan dinero.
4. Que se enfrenten solos a las cosas difíciles
Estimula la autoconfianza en tus hijos, y nada es más efectivo para eso que dejarlos tomar decisiones en momentos difíciles.
5. Trabajar sin paga
Ya sea ayudando en las labores del hogar, o en casa de la abuela, asegúrate de que el prestar servicio sea una parte importante de la vida de tus hijos. Esto les enseñará a mirar más allá de ellos mismos y a darse cuenta que existen personas con problemas mayores que los propios.
Pero por más “mala” que te pongas, jamás olvides que recompensarlos por un buen comportamiento también es parte importante de su crecimiento como seres humanos. Y sobre todo, recuérdales que por sobre todas las cosas que tu amor por ellos es incondicional.
(Fuente: 12 Ways to be the Meanest Mom in the World, por Megan Wallgren)
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