Detalles.- Una tecnología láser ha permitido encontrar una megalópolis en Guatemala. Esto lo sabemos, por supuesto, gracias a nuestros amigos de National Geographic. La tecnología en cuestión se llama LiDAR, y lo que hace es remover digitalmente la parte que recubre el bosque, lo que permite ver qué hay más “al fondo”.
En este caso, permitió revelar extensas ruinas antiguas en Guatemala, que no podían ser detectadas a simple vista.
Antes de continuar, permítannos ahorrarles una búsqueda en Google. Megalópolis es, según la RAE, “Ciudad gigantesca”. En otro concepto menos escueto, podríamos decir que se trata de un conjunto de áreas metropolitanas.
¿Qué significa el descubrimiento de esta megalópolis en Guatemala?
La gran importancia de este descubrimiento radica en que ahora sabemos que ciudades mayas como Tikal, uno de los mayores yacimientos arqueológicos y centros urbanos de la civilización maya precolombina, eran mucho más grandes de lo que pensábamos.
Los investigadores lograron identificar las ruinas de más de 60,000 casas, además de diversos palacios, fortificaciones, granjas, carreteras elevadas y otras construcciones que se mantuvieron escondidas durante siglos bajo la selva.
Eso quiere decir que la civilización maya era mucho más compleja y estaba mucho más interconectada de lo que la mayoría de los especialistas mayas habían supuesto.
Según el especialista Thomas Garrison, en declaraciones a National Geographic: “Toda esta región era un sistema de asentamiento, cuya escala y densidad de población habían sido subestimadas en gran medida”.
Tan sofisticada como la antigua China
Lo resultados de este nuevo descubrimiento sugieren que se trataba de “una civilización avanzada que, en su apogeo hace unos 1,200 años, era más comparable a culturas sofisticadas como la antigua Grecia o China, que a las ciudades dispersas y escasamente pobladas que la investigación desde tierra había sugerido“.
Asimismo, dichos datos descartan teorías previas que indicaban que las civilizaciones en los trópicos no podían prosperar, ya que las ciudades mayas estaban interconectadas y movilizaban un amplio intercambio.
De hecho, los datos también sugieren que hasta 15 millones de personas pudieron vivir en el apogeo de esta civilización, cuyo asentamiento en el período clásico maya (aproximadamente entre el año 250 y el año 900 después de Cristo) cubrió un área aproximadamente del doble del tamaño de la Inglaterra medieval, y que era mucho más densamente poblada.
En sus caras, europeos (¿?).