Opinión.- Pocas veces me atrevo a dar opiniones negativas, no porque no las posea sobre determinados productos, sino porque simplemente no veo ningún placer en ver algo que de antemano sabes que será una basura o sencillamente no te gustará: es un atajo demasiado fácil para hacer una crítica. Considero que hay una mayor complejidad en entender el valor de algo y luego emular esa emoción para que un lector se conecte contigo.
En el caso de Mr. Robot ocurre algo particular. Es una serie aclamada por la crítica y con una audiencia masiva, pero en lo personal NO la soporto, y me pareció que quizás sería interesante enumerar algunas de esas razones.
No se preocupen, omitiré detalles de su más reciente temporada y espero que esta entrada sirva para justificar por qué no me siento particularmente interesado en escribir más sobre ella.
No dice nada nuevo… solo agrega hackers
El principal problema que tengo es cuando la gente califica a algo de innovador y original. Mr. Robot realmente no tiene ningún mérito en este apartado, a pesar de considerar que está bien escrita (en términos generales), toma prestado en exceso tramas y elementos de las películas más icónicas y representativas a finales de los noventa, solo agrega el término “hackers” en la olla, como si eso automáticamente la hiciera más interesante. Por esta razón, la gente toma por sentado que es algo “superdiferente”, cuando en realidad copia sin descaro a Fight Club, V de Vendetta, American Psycho, Natural Born Killers, Matrix.
En fin, no me atrevo a decir que eso la hace un plagio, quizás podamos calificarla de ser un “collage”, ya que después todo esas películas se caracterizan por un compartido y depresivo sentimiento hacia ideas como la alienación, el consumismo, la crisis económica, la tecnoparanoia, el capitalismo y la pérdida de identidad en el mundo moderno.
Pero les voy a decir algo: usar el mismo argumento de Fight Club con exactamente el mismo giro al final, mezclarlo sin razón aparente con American Psycho y solo agregar personas hablando sobre informática, o que la mayoría de las acciones recaigan en gente frente a computadoras, y exprimir ese concepto durante más de 10 episodios (que no parece mucho, pero son 10 horas en promedio por temporada) no lo hace interesante.
Conlleva a que sea…
Excesivamente soporífero
Primero, que todo gire en torno a computadoras impide el dinamismo visual que caracterizaba a muchas de estas otras películas a las que hice mención antes, limita el espacio de acción y francamente me hace bostezar con cada uno de sus diálogos explicativos en jerga informática, que existen con el único fin de introducirnos un nuevo concepto importante para la trama o enfatizar conflictos.
Hay que tener en cuenta que se esfuerzan en ocultar esta aparente monotonía visual con una interesante propuesta de luces cuando llegan esas escenas de “acción”, pero aun así, no le quita que todo se reduzca a “teclear de forma rápida con música intensa para hacernos creer que hay mucha adrenalina en esta escena”. Si se fijan, lo más interesante es la narración de Elliot en voz en off, explicando lo que está ocurriendo cada vez que se mete en una computadora… y eso no quiere decir que esté bien. Al contrario, es cinematografía sosa.
Es sumamente tediosa argumentalmente, existen tramas y personajes secundarios en exceso inútiles. Claro, entiendo que nuestro protagonista es sumamente aislado y socialmente incómodo, esto forma parte de la premisa de la serie.
Pero…
¿Por qué hacer tanto énfasis en tantos personajes que no aportan nada?
Me refiero al tener que introducirnos a toda una galería de secundarios, tales como el exnovio de la mejor amiga, el jefe de la compañía, la psiquiatra, los compañeros de F Society y el supuesto “interés amoroso” (si no hago mención directa a sus nombres es porque no son verdaderamente interesantes por su propia cuenta y poco a poco desaparecen, como si la serie también quisiera olvidarse de ellos progresivamente).
Claro, algunos cumplen su función en un determinado momento, pero sus apariciones a veces son tan esporádicas, irrelevantes o el desenlace de sus arcos es tan simple, que entonces te preguntas: ¿qué razón había de ponerlos en primer lugar? Son acartonados y tienen un solo propósito: enfatizar más el estado mental del protagonista, o, en su defecto, servir de trampolín para una revelación final. Eso no los convierte en personajes, sino en burdas herramientas de los escritores.
Incluso introducen un entorno y personajes completamente nuevos (que igualmente son muy poco desarrollados o clichés) en la segunda temporada y, de nuevo, tardas siglos en ver que alguno intervenga de forma directa o relevante para la historia.
En todo caso, la mejor amiga (¿una especie de interés romántico?) es insufrible. Pasó de ser un acartonado personaje “lindo” de relleno que solo estaba ahí para… realmente no sé por qué razón existe en primer lugar, para luego tener todo un arco argumental en donde aparentemente “se une al lado oscuro”. Eso es caricaturesco, simple y, nuevamente, poco original.
En conclusión: el mensaje de Mr Robot se diluye
Ahora, no quiero que consideren que solo vine a echar mierda en la serie favorita de alguien más. Realmente soy capaz de valorar muchos momentos y francamente considero que tiene ideas que sirven para una reflexión crítica de la sociedad sumamente importante.
Pero nuevamente me remito a decirles que el introducir hackers no lo hace mejor o más moderno. Quizás la serie permita asociar de forma más directa la idea de que vivimos en un mundo cada vez más aislado entre sus propios habitantes, donde las redes sociales funcionan como un falso espejismo que nos hace creer que “estamos más conectados que antes entre nosotros”, cuando en realidad es todo lo contrario. Nuestra existencia nunca ha sido tan vacía como ahora. Un mensaje fuerte. Contundente. Válido incluso de ver.
Pero tarda demasiado en demostrar un punto de vista o una filosofía de ver el mundo que, después de todo, no necesita ser tan elaborado o tener tantas ramificaciones, porque todas esas “referencias cinematográficas” no se encuentran tan desactualizadas como la gente cree.
Si ven Fight Club hoy, se darán cuenta que no ha perdido vigencia. Al contrario, ahí también se juega con la idea de un protagonista completamente aislado socialmente, que se encuentra consumido por la maquinaria corporativa, y en su intento de “ver la luz” idealiza la personalidad de un ser caótico que plantea la destrucción total de las corporaciones.
Pero este no es el mensaje final en Fight Club, porque Tyler Durden no deja de ser un sociópata anarquista con muy equivocadas ideas sobre la “revolución”, y el mismo protagonista sin nombre lo reconoce como un parásito, cuya presencia es negativa para su psique. Y aun cuando las opiniones que tiene contra la sociedad no son necesariamente erróneas, su extremismo sí es representado como dañino.
En Mr. Robot, pues ¡meh! Este mismo mensaje está presente, pero se diluye en exceso gracias a tediosos episodios y su representación simplificada de “las malignas corporaciones”, haciendo cada vez más ambiguo el objetivo “real” del protagonista y su supuesta revolución. Por defecto, también el propio mensaje de la serie se pierde en algún punto. Alarga de más su estadía en un producto que se siente completamente innecesario. Fight Club sencillamente lo hizo mejor.