Opinión.- Guillermo del Toro ya es un nombre más que conocido en la industria del entretenimiento. Su visión como realizador es capaz de cautivar audiencias, tanto por su propuesta comercial hacia el espectáculo visual, así como su sensibilidad para contar historias enternecedoras en entornos plagados de monstruos y criaturas incomprendidas.
Ahora que su nombre está nuevamente de moda gracias a The Shape of Water, es posible que muchos todavía desconozcan que, aparte de director y escritor, Del Toro también ha sido productor ejecutivo en una considerable cantidad de proyectos, en los que podemos incluir películas y ahora una de las series de animación de Netflix más populares, con el sello de Dreamworks Animation, Trollhunters.
¿De qué va Trollhunters?
La serie primeramente está basada en un libro infantil escrito por el mismo Del Toro junto a Daniel Krass. El proyecto en un principio fue visualizado como una serie con actores reales e incluso una película, pero por razones presupuestarias se decidió optar por un formato estándar para series animadas.
La historia cuenta la historia de Jim Lake, un adolescente de 15 años con una vida corriente y nada extraordinaria, que un día encuentra un extraño amuleto que lo introducirá a él y a su mejor amigo, Tobías, en un extraño mundo subterráneo, donde los míticos Troles ahora son criaturas reales, pero dejando de lado su feroz aspecto muchas de ellas están llenas de conocimiento y actos de bondad.
Este amuleto mágico ha designado a Jim como el nuevo protector de esta comunidad secreta, El Trollhunter, y bajo la tutela de Blinky y Aaargh deberá conocer todo lo que pueda sobre este mágico universo, y estar listo a los peligros que representan otra facción de Troles, los Gums-gums, liderados por el antiguo Gunmar, enemigo declarado de la humanidad y de todos aquellos Troles que se opongan a sus ideas, exiliado en tierras oscuras, pero sin abandonar nunca sus planes de volver a la superficie.
¿Qué razones tienen para verla?
Si, posiblemente todo esto les suene a una trama bastante trillada por todo el asunto del “elegido” y el protector de una comunidad mágica, pero no por eso se dejen engañar. Aun cuando la serie utilice muchos arquetipos clásicos, abre camino para historias aun más interesantes, giros argumentales inesperados y un constante desarrollo de personajes.
Del Toro nuevamente toma su fascinación por los cuentos de hadas y los monstruos, introduciéndonos a un universo que muy bien desearíamos que fuera parte del nuestro. Muchos mitos clásicos de los Troles son retomados y casi siempre modernizados con algún giro inteligente.
La comedia es excepcional en todo momento e incluso un “mal episodio” podría considerarse bueno o salvable. Ya sea por su comicidad, una buena interacción entre sus personajes, alguna escena de acción alucinante o simplemente construir aún más las expectativas para un genial cierre de temporada, todos los episodios son una experiencia adictiva.
Los personajes, en su mayoría, logran ser entrañables después de haber superado su introducción clásica. Tenemos a quienes cumplen los roles clásicos del “mentor”, “la chica perfecta”, “el bufón” y “el gigante de buen corazón”. Muy simplista, pero poco a poco logras ver cómo cada uno de ello va adquiriendo nuevos matices y ciertas capas de profundidad.
Si son entusiastas de la animación, habrá más que contenido suficiente para satisfacerlos. La calidad técnica es casi comparable, y quizás solo un poco por debajo, de lo que se esperaría de una película de Dreamworks de Cómo entrenar a tu dragón. Los diseños de los personajes fantásticos y los fondos son sumamente originales, llenos de detalles y casi siempre hermosos a la vista. Muy fácil de apreciar en su totalidad.
¿Son rescatables incluso sus aspectos negativos?
Lamentablemente hay que lidiar con muchas situaciones clásicas de las series familiares, tales como: La obra de Romeo y Julieta, El baile de primavera, La tarea de los bebés de harina… son los menos interesante que ofrece la serie y constantemente esperas volver a la acción que transcurre en el mundo fantástico.
Considerando que la serie está dirigida a una generación más joven que no necesariamente esté tan acostumbrada a estos tópicos, podría entenderse la insistencia en reutilizar estos viejos conceptos, que también van acorde a la ambientación de pueblo conservador casi “estancado en los años 50” que intenta proyectar.
El verdadero problema o punto débil quizás podría ser el personaje femenino principal, el prototipo de “chica perfecta”, cuya presencia se siente un tanto molesta cuando termina superando las expectativas en todas sus facetas, a niveles casi ridículos.
Dentro de todo, se vuelve rescatable en vista de que poco a poco vamos viendo defectos en su vida hogareña, que le dan más fallas a su carácter. Logras ver una faceta más compleja, al ver cómo en el fondo ha reprimido mucha agresividad y rabia en su interior, por resentimiento paterno. Es tratado de forma sutil, pero presente.
Lo verdaderamente triste y al mismo tiempo esperanzador
A pesar de contar con una primera temporada espectacular de 26 episodios, que fácilmente podría dividirse en dos partes, la segunda temporada lamentablemente solo cuenta con la mitad episodios que la primera, haciendo que todo se sienta mucho mas apresurado en llegar al final de lo que realmente nos gustaría.
Este aspecto es sumamente triste, porque se siente que hay mucho que pudo haber sido explorado en mayor detalle con estos nuevos episodios, en especial en una temporada que poco a poco va cambiando de forma tan drástica algunas de las dinámicas principales entre el mundo humano y el trol.
Sin embargo, con las declaraciones oficiales de Netflix y Del Toro de expandir la serie, gracias a dos nuevas series spin-offs y con muchas de las interrogantes dejadas al final de su segunda temporada, más que sentirnos decepcionados deberíamos emocionarnos por todo lo que se avecina.
Con cada final de temporada, las expectativas no hacen más que aumentar considerablemente.
La serie en general merece una puntuación excepcional. Guarda cierta simpleza atemporal y un sentimiento generalizado de bondad que le permiten reflejar valores importantes, sumamente positivos y a veces inusuales, en una sociedad que está demasiado centrada en querer ver lo peor de todos.
Te da un aire fresco y un perfecto momento de respiro a los problemas. Por esa razón, diría que es una opción ideal de ver en maratón y acompañado, en especial en una fecha mayormente centrada en el compartir con seres queridos.