Música.- Siempre es buen momento para hablar de la música de los Red Hot Chilli Peppers (RHCP), que en lo personal y por experiencias puntuales, siempre me ha parecido la mejor música para acompañar a nuestros vicios.
No lo digo como para juzgar esos hábitos que, en muchos, nos definen. Cada persona tiene diferentes vicios y los hay tan diversos como personas: dinero, sexo, drogas, deportes (practicarlos o verlos), Netflix, coleccionismos varios, alcohol, música, comida, haraganería, el sexo (otra vez), situaciones de riesgo, tantos otros más y, por supuesto, la combinación de estos.
Todo aquello que los diccionarios dicen de los vicios es cierto: es un defecto, un mal hábito, un yerro, una enfermedad, una desviación del espíritu.
Pero ¿qué es lo que nos engancha a los vicios? Cualquier vicio que tengamos creo que es la experiencia de satisfacción. Satisfacción en cualquiera de sus expresiones. Los vicios llenan vacíos, aun si seguimos viviendo en el vacío si estamos en un vicio.
Para mí, la música de Red Hot Chili Peppers siempre ha estado vinculada con el vicio. No me entiendan mal, no cierren aún esta nota, no estoy juzgando. Me encanta su trabajo, porque describe lo que a todo ser humano le da miedo admitir: somos presas de nosotros mismos y de nuestras necesidades más oscuras.
Siendo coherente con mi argumento, presento las canciones que más me impresionan de esta banda californiana, porque aparecieron o están ligadas a mis vicios personales.
Red Hot Chili Peppers y el tabaco
El año de 1991 fue fundamental en mi vida. Llegué a séptimo grado y me encontré con los vicios, con la literatura y la escritura. Fuera de lo que muchos pensarán, no fue ese el vicio primordial. Tenía 13 años y estudiaba en un colegio jesuita, muy progre y liberal, lo que ustedes quieran. El asunto es que los alumnos de bachillerato tenían permiso de fumar en la zona de recreo. Yo apenas estaba entrando a la secundaria, pero aún así, pasó lo que tenía que pasar: me encontré con el cigarro. La primera vez que fumé casi se me salen los pulmones por la boca. A pesar de que soy asmática y que vivo en una eterna gripe (desde 1991 hasta poco menos de cinco años atrás), empecé a dejar un vicio que incluyó de 7 a 8 cigarros diarios en la época en que pasé por la universidad. Fue precisamente enfermarme de neumonía hace 5 años lo que me hizo dejarlo, en la medida de lo posible. Después de todo, la vida está siendo entretenida. No puedo pecar de hipócrita y debo admitirlo; de vez en cuando, sobre todo cuando ya no soporto las presiones de la vida adulta, me fumo un cigarro y en ese momento viene el recuerdo de mí misma, enfundada en la falda colegial, sentada frente a la cancha de básquetbol, escuchando Under the bridge, fumando mis primeros tabacos.
Red Hot Chili Peppers y la soledad
Quizá uno de los vicios que más han estado presentes en mi vida es la soledad. No me gustan las multitudes y me siento particularmente incómoda en reuniones de más de 3 o 4 personas. Aún así, tuve que aprender a estar en situaciones que me lleven a ser parte de un colectivo. Ni modo. Para cuando esta canción salió en 1999, pasaba la etapa universitaria y coincidió con la crisis que me llevaba a desear con desenfreno estar sola. Otherside es un himno a la desesperanza. Posiblemente el vicio de la soledad sea la consecuencia del deseo de muerte. No lo sé.
Red Hot Chili Peppers y la música
Vicio indispensable para toda persona debería ser la música. Siempre escucho música, en todo lugar, en todo momento, incluso cuando no tengo los audífonos puestos, cuando todo está en silencio. No sé si es que me ayuda a concentrarme o a evadirme, no me importa. Es la mejor manera de ignorar a la gente y ha sido la mejor manera de encontrarme a mí misma. Los RHCP tienen esta canción en la que no solo su video es un recorrido por la historia más representativa de la música mundial, sino que le pone buen humor a cualquier día que te esté yendo mal.
Red Hot Chili Peppers y la Mary Jane
Hablemos de la mota. Me gusta, la he fumado, y aunque no considero que sea un vicio, las ocasiones en las que me he atrevido a darle algunos jalones me ha llenado de alegrías. Tengo una amiga, digamos que se llama Elena. Ella fue quien, hace poco más de 15 años, durante una de esas crisis depresivas tan mías en esa época, me sacó de mi hogar, me llevó a una fiesta con gente mucho menor que yo y me introdujo a ese mundo. Digamos que fue el acto más amoroso que tuvo conmigo en ese momento. Se lo agradezco. Siempre he pensado que el consumo de marihuana debería ser legal, no solo por cuestiones económicas y políticas, sino que además medicinalmente es magnífica para tratar dolores, físicos y emocionales. Elena, además, es fan de RHCP y tengo muy presente ese momento en que, tiradas en un sillón, veíamos bailar a la gente al ritmo de By the Way y nos sentíamos las mujeres más felices del mundo. Gracias por rescatarme, querida.
Red Hot Chili Peppers y el trabajo
El peor de mis vicios, el más tenaz, el que más me ha llevado a conflictos personales, el más peligroso de mi vida: el trabajo. Sí. Soy guarcojólica (workaholic, creo que le dicen en la región anglosajona). No es de ahorita: inició con mi primer trabajo. Fui la secretaria de un párroco en un pueblito olvidado entre violencias y pobreza en mi país, tenía 18 años. Desde entonces no he descansado. Siempre estoy trabajando, aun cuando estoy de vacaciones y aunque ya otras personas lo habían notado. Ha sido mi esposo quien ha tomado medidas (a veces drásticas) para que deje de trabajar en algunos momentos. Digamos que estar con él y mis hijos es mi rehabilitación. Pero siempre caigo. Si no… no estuviera escribiendo esta nota, que al final, es parte de mi trabajo. Supongo que es porque amo lo que hago, o amo cómo me hace sentir ver los resultados de mi trabajo, o posiblemente sea solo vanidad. No lo sé, solo sé que no puedo parar.
Red Hot Chili Peppers y las heridas
Otro de los vicios que me han acompañado en la vida adulta son las heridas: no miento. Heridas en la piel y en los sentimientos. Voy a explicar: resulta que para mí las experiencias se miden en las marcas que te dejan, así que mucha gente ha ido dejando marcas en mi vida: familia, amigos, amantes, novios, la familia en la que me fundí, compañeros de trabajo, gente que solo pasó un momento… todos marcan, todos me marcan. Paralelas a esas marcas, en mi cuerpo fui coleccionando cicatrices: accidentes, operaciones, caídas, lesiones, raspones y una que otra quemada. Comprender que hay que amar esas cicatrices, para lograr comprender quien soy como persona, es una lección que me ha tomado 40 años.
Red Hot Chili Peppers y las necesidad oscuras
Han pasado 27 años desde la primera vez que probé un vicio y escuché la primera canción de los RHCP que me impactó, y eso que me han impactado muchas más que estas 7 elegidas en esta nota. En Dark Necessities los veo y el tiempo ha sido implacable. Estos cincuentones me hablan de ese lado oscuro que cada persona tiene, esas necesidades básicas que nos sacian el instinto, esas necesidades tan ocultas, tan privadas nunca nos dejan. Lo digo por experiencia propia. No importa lo que sean: comida, alcohol, juegos de azar, sexo… no importa, siempre están ahí, esperando el momento para quedarse junto a cada uno, vernos de reojo y decirnos: “Jamás te abandonaré”. La cuestión es determinar si nos gusta que estén ahí, y si es así, abrazarlas y decirles: “Caminemos juntos a la autodestrucción, ya la vida no vale nada”.