Música.- La primera vez que escuché el término “homosexual” (con lenguaje verdaderamente respetuoso) fue ligado a Freddie Mercury. Me lo dijo mi papá: “Acaba de morir Mercury”, empezó. Le pregunté de qué había muerto y respondió: “Tenía sida, era homosexual”. Yo tenía 14 años.
Hasta entonces la homosexualidad o cualquier otra orientación sexual era un tema tabú. Eran los inicios de los noventa y los papás no hablaban de esas cosas con las hijas adolescentes. Sin embargo, para mi papá y para miles de personas Freddie Mercury era importante: tanto como para lamentar su muerte.
Para muchos este hombre es el mejor cantante del mundo. Para mí es un compositor virtuoso que supo amar, sobre todo eso. Amó.
En el pináculo de su carrera, Freddie Mercury dijo que él no sería una estrella del rock, sino que sería una leyenda. A 25 años después de su partida podemos constatar que lo ha logrado. Su singular forma de expresarse en sus presentaciones en vivo, en sus videos… jamás olvidaré la primera vez que vi a ese bigotón enfundado en una minifalda de cuero negra y medias con sujetadores, que nos muestran a un hombre enteramente seguro de su sexualidad, solo que se nos olvida que el amor no se reduce al acto sexual. Lo he dicho antes: Freddie amó.
Muestra de ello es la hermosa Love of my Life, que le dedicó a la mujer con la que tuvo una relación muy especial: Mary Austin. Definitivamente este hombre, cuya imagen enfundada en una malla blanca y una chaqueta amarilla, puño en alto, afirmando que la belleza existe a través de la música, nos dejó la lección absoluta: el amor no es cuestión de orientación sexual, es lo que simplemente nos hace hermosamente humanos. El gran amor siempre nos humaniza.
Te recordamos este día, Freddie, cuando habrías cumplido 72 años, con esta que es una de tus máximas creaciones.
VoxBox.-