Cine.- Sabemos que estamos en la recta final del año, porque comenzamos a ver todo tipo de listas en las redes sociales, como esta, por ejemplo, que son las mejores series de 2017.
Lo hermoso de las listas es que responden únicamente al criterio de quien las elabora. Incluso cuando intentan ser “objetivas”, nunca son definitivas.
En este caso, la lista que presentamos a continuación fue elaborada por Valentina Ruderman y Nazareno Brega, para la revista Rolling Stone en su edición Argentina.
Sin más, veamos:
1. Twin Peaks
“De la misma forma que la Twin Peaks de 1990 inspiró a showrunners como David Chase y Damon Lindelof para crear la actual era dorada de la televisión, la tercera temporada del resucitado thriller sobrenatural de David Lynch y Mark Frost llegó para sacudirlo todo”, dice la publicación.
Para los que no saben nada de esta serie, bastará decir que esta tercera temporada fue estrenada casi 30 años después de la primera (1990) y que fue dirigida por el mismísimo David Lynch (quien nos ha regalado películas como Eraserhead o The Elephant Man).
La premisa de la serie es sencilla: cuenta la historia del agente del FBI Dale Cooper, quien es enviado a la ciudad ficticia de Twin Peaks (Washington) para investigar el asesinato de la popular y respetada estudiante de secundaria Laura Palmer.
2. The Deuce
La idea de una serie sobre la prostitución y el ascenso de la industria del porno en Nueva York de los 70, con James Franco interpretando dos personajes al mismo tiempo, puede verse rara en papel.
The Deuce lo hace, y lo hace genial. Con una actuación elevada de Maggie Gyllenhaal como una madre ausente que quiere dejar de buscar clientes en las esquinas de Times Square y entrar en el floreciente fenómeno del cine triple x, la serie consigue retratar la realidad del trabajo sexual y a la vez mantener un tono que no llegue a ser demasiado deprimente.
3. American Gods
Bryan Fuller (Hannibal) y Michael Green (guionista de Logan) adaptaron la novela de Neil Gaiman (autor de The Sandman), en la que los dioses de la antigüedad no solo se parecen demasiado a los hombres comunes y corrientes, sino que, además, hace siglos que viven entre nosotros sin que (casi) nadie se dé cuenta.
La conflictiva mirada norteamericana sobre la migración es el corazón de esta serie, que late permanentemente al ritmo de la eterna dicotomía entre tradición y modernidad, un debate que suena más relevante que nunca en la época de Donald Trump.
4. The Leftovers
Uno de los creadores de Lost, Damon Lindelof, y el novelista Tom Perrotta, se juntaron para construir el relato de un mundo apocalíptico y desconcertante dividido en tres temporadas, que este año llegó a su fin. Y, para ponerle el moño al cierre de esta distopía, los protagonistas Kevin y Nora viajaron desde Texas hacia la Australia rural, en medio de rumores de una catástrofe, que se produciría en el séptimo aniversario de la repentina desaparición del 2 % de la población mundial, que funcionó como puntapié inicial de la serie.
5. Un gallo para Esculapio
“A dos décadas de haber tomado por asalto el cine argentino con su ópera prima Pizza, Bruno Stagnaro revive aquella fotogénica marginalidad de la inolvidable Okupas (también creada por él), bajo el ala de la productora de Sebastián Ortega. Stagnaro mantiene el espíritu callejero y la jerga hiperbólica de aquella irrupción televisiva en este unitario que sigue la sorprendente transformación de Nelson (Peter Lanzani) a lo largo de un camino sinuoso, que empieza con su llegada al oeste del conurbano bonaerense desde Misiones. Nelson, que está en busca de su hermano, viene además con un gallo de riña llamado Van Dan bajo el brazo. Lo que hay al final de su recorrido es un destino oscuro, que lo tiene metido de lleno en la banda de piratas del asfalto liderada por Chelo Esculapio, un veterano interpretado por Luis Brandoni, que está disparando sus últimos tiros”.
6. Game Of Thrones
En esta temporada, Game of Thrones se ganó definitivamente el estatus de superclásico: el nivel de fanatismo fue tal, que pocos pudieron esperar más de una hora después de la emisión original para ver el episodio semanal. Fueron 43 días intensos, en los que la serie nos dio de todo: guerra contra los vivos y contra los muertos, muertes épicas (de las elegantes y de las sangrientas) y, especialmente, la posibilidad de ver a un elenco disperso convergiendo en el mapa.
7. Feud
Ryan Murphy, el tipo de Glee y American Horror Story, sabe perfectamente cómo hacer que una serie sea vistosa. Sus creaciones suelen tener mucho color, detalle y gestos teatrales. Así que fue un placer verlo contar la historia de dos de las estrellas más famosas del star system hollywoodense, Bette Davis y Joan Crawford. Las mansiones en las que vivían, lo mucho que se odiaban, los puchos que se fumaban y las roscas de la era dorada de Hollywood se revelaron ante el público, gracias a interpretaciones brillantes de Jessica Lange y Susan Sarandon.
8. The Handmaid’s Tale
En el mundo distópico de The Handmaid’s Tale, las mujeres solo sirven si pueden quedar embarazadas. En medio de una dictadura teocrática que emerge después de un desastre nuclear, gran parte de la población resulta estéril. Por eso, las que todavía son capaces de procrear son forzadas a vivir con parejas acomodadas para volver a poblar el mundo. Las palabras no son suficientes para describir el nivel de crueldad al que son sometidos los personajes creados por la novelista Margaret Atwood, que publicó el libro en el que está basado la serie en 1985.
9. The Young Pope
Cuando nos enteramos de que Jude Law iba a hacer del primer papa yanqui en una serie de comedia dramática, era fácil imaginarse que su Pío XIII iba a llevar la fiesta al Vaticano, coquetear con monjas y liberar a la institución de sus bases más estrictas. Pero pasó más bien todo lo contrario. En la obra de 10 capítulos del italiano Paolo Sorrentino (La gran belleza, La juventud), se destaca por sus modos conservadores y ultraortodoxos. El papa joven persigue a quienes lo traicionan, se olvida de los que lo acompañaron, y su único gesto de rebeldía consiste en fumar un cigarrillo atrás del otro.
10. BoJack Horseman
¿Cuánto puede uno encariñarse con el dibujito animado de un caballo borracho? La respuesta es: muchísimo. Y más todavía si el personaje en cuestión está deprimido. Bojack nos había dejado, al final de la tercera temporada, en su pozo más profundo, y este año no parecía tener muchos chances de salir de ahí. Ni siquiera cuando aparece una hija no reconocida.