Nickelback parece ser la banda que va ganando la competencia de ser la más odiada de todos los tiempos, a pesar de que sus ventas no han sido nada malas.
Hay odios que nos son comunes a casi todos los humanos en el planeta: Nickelback es uno de esos odios.
Esta banda canadiense es frecuentemente señalada como la peor de todos los tiempos e incluso existe en internet una campaña crowdfunding para mantenerlos fuera de Londres, así como una petición para que fuera reemplazada en el espectáculo del medio tiempo en un juego de fútbol.
Pero en realidad es un desprecio que resulta extraño: con más de diez años juntos, los de Nickelback vendieron ocho millones de copias en Estados Unidos de su álbum All the Right Reasons, se metieron en el tope del Billboard 200 y vendieron 50 millones de discos en todo el mundo.
Son números bastante fuertes para una banda aparentemente mala.
¿Por qué odiamos tanto a estos canadienses?
Todas las canciones suenan iguales.
Si escuchas All the Right Reasons de Nickelback notarás cómo todas las canciones inician con un sonido bastante similar. El acorde progresivo suele acompañarse de letras sobre los mismos temas: sexo y amor.
En cierta manera, cada canción de la banda es como un déjà vu de la anterior, con uno que otro solo de guitarra que llama la atención.
Son la muestra de que cualquier cosa vende
He aquí la génesis del odio a Nickelback. En 1999 la banda firmó su contrato con Roadrunner Records, una disquera que hasta entonces solía trabajar con bandas de metal.
Escuchar esta música en este sello disquero sirvió para que los fans del género se mofaran y la nombraran como “la banda que destruyó Roadrunner Records”.
Para asegurarse de que su inversión diera frutos, la disquera dedicó muchos recursos para que la banda lograra reconocimiento y lo logró, lo que para los verdaderos amantes de la música era una representación de que se puede tomar a cualquier banda, por mala que sea, y hacerla popular.
Odiarla es trending
Muchos de los que odian a Nickelback ni siquiera han escuchado una canción de la banda, pero el odio hacia ella ya es parte de la cultura pop. Odiarla es divertido y une a la humanidad.
Por ejemplo, Dave Grohl, de Foo Fighters, alguna vez tuiteó: “Si pones una canción de Nickelback en reverso, escucharás un mensaje del demonio. Mucho peor, si la escuchas al derecho, escucharás a Nickelback”. Nadie dudó en burlarse y darle RT a la idea que ronda por cientos de memes donde se dice, entre otras cosas, que quizá la banda es un plan gubernamental para unir a la gente en un odio común.
Nickelback ¿el Ricardo Arjona del rock?
El último en usar el recurso fue Arnold Schwarzenegger, quien dijo que Donald Trump era más odiado que Nickelback (algo que los de la banda respondieron recordándole su Mr. Freeze en Batman & Robin).
Chad Kroeger
Se nos dice que no debemos juzgar por las apariencias, pero la de Chad Kroeger, líder la banda, no termina de convencer a nadie.
Comparado con la usual imagen de estrella rebelde del rock, quienes odian la banda señalan que Kroeger carece de esa vibra cool y tiene “rostro de violador”. Sus rizos desaliñados y su música rasposa se unen al hecho de que se le ha visto luchando con la guitarra en el escenario. Y no, él no ha ganado la batalla.
Lo dice la ciencia
Salli Anttonen, de la Universidad de Finlandia Oriental, publicó un estudio llamado Hypocritical Bullshit Performed Through Gritted Teeth: Authenticity Discourses in Nickelback’s Album Rewiews in Finnish Media, en el que establece que la banda carece de originalidad, siendo demasiado similar a otros grupos al estilo Nirvana, pero sin aportar nada nuevo. Así, la copia genera rechazo.
A ti, ¿qué te parece esta banda?
VoxBox.-