En vez de esterilizar a los macacos, decidieron acabar con todos.
Noticias.- Un zoológico de Japón ha sacrificado a través de la inyección letal a 57 macacos japoneses (Macaca fuscata), el único mono nativo de Japón.
La razón: encontraron que llevaban genes de una “especie invasora del exterior”, es decir, se habían mezclado con los del mono Rhesus.
En vez de esterilizarlos o apartarlos del resto para que no se reproduzcan, decidieron acabar con todos los monos a los que han encontrado genes de este animal. Según un operador del zoo, han sido inyectados con un veneno letal y más tarde se ha celebrado un ritual budista “en memoria de sus almas”.
Esta especie no está incluida en la lista mundial de especies amenazadas según la Unión Internacional para la Conservación (UICN). Pero en Japón el Rhesus está catalogado como una variedad “exótica invasora”. Son un peligro para la preservación de los macacos japoneses, ya que pueden hibridarse con ellos y poner en peligro “el medio ambiente nativo”.
El hecho ocurrió en el parque zoológico de Takagoyama. Tras una serie de pruebas de ADN, un tercio de los macacos japoneses del recinto mostraron que los animales se habían cruzado con el macaco Rhesus.
Esta especie, nativa de la India y de China, está prohibida en Japón, razón por la que al encontrar los genes “contaminados” tomaron la decisión de sacrificarlos para proteger al resto.
El sacrificio es el método a seguir en Japón desde que, en 2013, se actualizara la Ley de protección del medio ambiente indígena. Según esta normativa, los descendientes híbridos deben ser eliminados para que no pongan en peligro las especies autóctonas, algo que en los 90 casi acaba con el macaco japonés.
Sorprendentemente, Junkichi Mima, portavoz de WWF Japón, también ha defendido esta práctica:
“Las especies invasoras causan problemas, ya que se mezclan con animales autóctonos y amenazan al medio ambiente natural y al ecosistema”.
Los macacos japoneses, conocidos comúnmente como monos de la nieve, son nativos de Japón además de una de las principales atracciones turísticas del país. Esta especie vive en el norte, en la zona de los bosques y montañas de las islas japonesas. Entre las normas del país está la prohibición de poseer uno de estos monos o el cruce con otras especies de macacos.
Los investigadores creen que los animales se pudieron escapar del zoo y que se habrían criado con otros monos salvajes fuera de la instalación. Un funcionario del establecimiento confirmó que el zoo celebró un servicio conmemorativo por los animales en un templo budista “para apaciguar las almas”.
VoxBox.-