Detalles.- Halloween es una de las celebraciones más populares de occidente, en buena parte porque nos permite disfrazarnos de las criaturas más célebres del género de terror. ¿A quién no le gusta disfrazarse?
Para quien no lo sepa todavía, Halloween tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como Samhain (pronunciado “sow-in”), que significa“fin del verano”. Se trata del año nuevo celta, que coincide con el solsticio de otoño.
Durante esta noche mágica, se creía, los muertos caminaban entre los vivos, aunque no de una manera siniestra, sino festiva. Se llevaban a cabo fiestas y ritos sagrados que incluían la comunicación con los muertos.
En VoxBox nos preocupa tu cultura general, y que sepas qué responder en caso de que te disfraces de alguna de estas criaturas. Así que te dejamos con la siguiente información:
Vampiro
Aunque la leyenda de Drácula es una creación del escritor irlandés Bram Stoker, lo cierto es que esta figura está basada en un personaje que existió de verdad.
Su nombre era Vlad Tepes, apodado “el empalador”, que vivió en Rumanía en el siglo XV. Su apodo hace honor de su actividad favorita, pero su crueldad también pasaba por el estrangulamiento, el vaciado de los ojos, la amputación de miembros o la castración.
Este personaje pasó a la historia por su crueldad y como uno de los grandes símbolos del género de terror.
Zombie
Las raíces del mito se ubican en Haití. La cultura antigua de este rincón del planeta incluía sacrificios de jóvenes, que eran asesinados al hacerles beber una pócima venenosa.
Misteriosamente, a posteriori, eran revividos gracias a unos extraños sortilegios. No obstante, al recuperar la vida, no tenían control sobre sus actos, por lo que eran fácilmente sometidos y utilizados para los trabajos más duros del campo.
El científico Wade Davis viajó a Haití en 1982 para certificar la existencia de estos zombies y analizar el contenido de la pócima que provocaba este extraño fenómeno. Asombrosamente, a su regreso, el científico reportó que, efectivamente, estos zombies eran reales, y publicó las bases químicas y sociales de este proceso en el libro La serpiente y el arcoíris.
Al parecer, la explicación residía en alguna clase de planta alucinógena, que era la que provocaba este extraño comportamiento en los jóvenes, que eran anulados de sus capacidades.
Momia
Las primeras momias de las que se tiene referencia datan del neolítico, cuando los pobladores de Egipto enterraban a sus muertos bajo las arenas del desierto, para no desperdiciar tierra fértil.
Se dieron cuenta de que las condiciones climáticas y la arena actuaban de secante natural, absorbiendo los líquidos del cuerpo y conservándolo de forma natural, prácticamente intacto. Siglos después, la técnica se fue perfeccionando.
La momia mejor conservada es la llamada Seti, que se halló en 1881 en la ribera occidental del río Nilo. De esta momia surge el imaginario de terror en torno a las momias de la literatura y el cine.
Hombre Lobo
Para saber el origen del licántropo, debemos remontarnos al año 1 a. C., cuando el poeta romano Ovidio escribió la colección de poemas denominada Las metamorfosis. En el primer libro narra la historia del rey Licaón, un hombre religioso que llevó su devoción al extremo: acabó tomando parte en sacrificios que derivaron en antropofagia. Eventualmente, Licaón ofendió a los dioses sirviéndoles carne humana para cenar. Fue entonces castigado, convirtiéndose en hombre lobo. Tras su cambio de forma, continuó con sus asesinatos humanos. Según la leyenda, Licaón acudía al bosque cada luna llena y aullaba para que Zeus le perdonara.
Brujas
La primera referencia de las brujas que se tiene en la historia se sitúa en la localidad norteamericana de Salem (cercana a Boston), donde en 1692 se inició un juicio contra varios de sus vecinos acusados de practicar brujería.
La denuncia la habían hecho dos niñas de 9 y 11 años, que afirmaron haber sido embrujadas por mujeres de la localidad que de noche creaban dobles de sí mismas. Hubo hasta 141 acusados: 20 de ellos fueron ejecutados y 5 de ellos fallecieron en prisión.
Payasos
El escritor Stephen King publicó en 1986 la novela It, sobre una criatura milenaria que se dedicaba a aterrorizar a los seres humanos, y que adoptaba la forma de un payaso.
Pero ¿de dónde viene el miedo a los payasos?
Según los expertos, se debe precisamente a su aspecto, que pretende ser simpático: el maquillaje que llevan y sus rasgos faciales desproporcionados generan desconfianza, pues rompen con la imagen normal de una persona y ocultan la identidad de quien está detrás de esa máscara.
Frankenstein
Este conocido personaje de terror no tiene una base real, sino que es enteramente ficticio: Frankenstein o el moderno Prometeo es una novela de Mary Shelley que fue publicada en 1818.
Se considera un clásico dentro del género de la novela gótica y el primer texto de ciencia ficción de la literatura. Aunque se concibe como una obra de terror, plantea dilemas morales, como el derecho del hombre a crear vida artificial, y las consecuencias que ello conllevaría.
Fantasmas
El primer fantasma documentado de la historia se encuentra en las cartas de Plinio el Joven, un abogado, escritor y científico de la antigua Roma, que vivió entre los años 61 y 112 d. C.
En sus cartas documenta una aparición fantasmal en la llamada casa encantada de Atenas.
La describió de la siguiente manera: “Los anteriores propietarios huyeron presas del terror, al presenciar el deambular de un supuesto espectro con la apariencia de un anciano flaco, con barba larga y cabello erizado, vestido con ropas andrajosas y llevando un caminar lento y pesaroso, debido a que llevaba grilletes en los pies y cadenas en las manos, que agitaba y sacudía delatando su presencia de lejos”.
Satanás
Al igual que Frankentein, el enemigo del Dios cristiano tiene un origen en la ficción: data de las escrituras de la Biblia, y es la figura que encarna el mal por excelencia. Pero la dualidad bien/mal no aparece en las antiguas escrituras hebreas, sino que es un concepto posterior del cristianismo.
Aunque se le suele representar con el aspecto de un carnero, con cuernos y cola, en las primeras referencias del demonio se le representa de múltiples formas, lo que indica que no tenía un aspecto definido.
Catrina
Esta figura pertenece a la cultura popular mexicana y representa a la muerte, aunque no en un sentido tenebroso. La primera ilustración de una Catrina tuvo lugar en 1913, en una publicación denominada Remate de calaveras alegres y sandungueras, que acompañaba a un texto en tono burlón sobre la muerte.
En concreto, el poema rezaba lo siguiente: “Las que hoy son empolvadas garbanceras, pararán en deformes calaveras”. El texto hacía referencia a las comerciantes vendedoras de garbanzos de la época, mujeres indígenas, que se maquillaban en exceso para parecerse a las europeas.
Desde entonces, la Catrina es un símbolo de la muerte en la cultura mexicana, y su llamativa imagen ha dado la vuelta al mundo como uno de los disfraces más populares de la fiesta del Día de los Muertos.