Logan, Wolverine es un ser extraviado. Va por ahí buscando respuestas, luchando, sanando, tratando de encontrar algo que, ya desde el inicio, intuye perdido.
Cine.- Logan es la película definitiva de los X-Men, de Wolverine. No sé si será la última, pero creo que sí es la definitiva.
He seguido de cerca la evolución de los X-Men en las películas —en los cómics no— desde la primera que salió en 2000, y puedo decirlo: ningún otro mutante —a excepción de Magneto y Xavier— tiene la profundidad requerida para volverse tan entrañable como Logan. Prueba de ello ha sido que de ningún otro mutante se ha hablado tan extenso como de él.
Medio animal, medio renegado, Wolverine es en realidad un antihéroe natural convertido en superhéroe —en el bueno— más por una serie de infortunios que por una vocación de nobleza y entrega.
Wolverine es un ser extraviado. Va por ahí buscando respuestas, luchando, sanando, tratando de encontrar algo que, ya desde el inicio, intuye perdido.
No voy a hacer una exacerbada apología de su última película. Creo que es una gran película para el público en general, y una obligada para quienes hemos seguido el devenir de los mutantes.
AQUÍ COMIENZAN LOS SPOILERS
Logan es una buena película porque los dioses mueren. Puede sonar contradictorio, pero quienes hemos visto la película lo sabemos bien. No solo muere Wolverine —ese mutante al que creíamos inmortal— sino que además muere Charles Xavier, el gran patriarca de los X-Men. Dos terribles pérdidas. Terribles y quizás justas.
Para quienes pensábamos que se trataba de otra película de acción, músculos, balas y mucha sangre, la cinta fue una sorpresa.
Desde la primera escena supimos que Logan estaba mal: un grupo de cholos le robaron la limusina que usaba para ganarse la vida; lo golpearon hasta casi matarlo. Se salvó por poco. Nada que ver con aquel Wolverine de antaño al que ningún ejército de no mutantes hubiese podido hacerle frente.
Xavier mató a los X-Men
Como mención aparte tengo que decir que Logan nos muestra a un Charles Xavier de noventa años sufriendo de una enfermedad cerebral degenerativa que provoca ataques y convulsiones. Este tipo de enfermedades, tan común en la vejez, se vuelve catastrófica en el cerebro más poderoso del mundo. En la película, se cuenta que Charles había herido a cientos de personas al sufrir uno de sus ataques, quitando la vida de alguno de estos, entre ellos, a todos los X-Men.
Esta escena jamás fue mostrada, por más que todos moríamos por verla; y según, James Mangold, hay una explicación para esto:
Toca mucho más la fibra sensible que las versiones que mostraban específicamente el flashback. Por supuesto que hay otras versiones que escribimos con el ‘flashback’ de lo que pasó. Pero la experiencia de ver [la película] es mucho más conmovedora con tan sólo saber que fue algo muy malo y desafortunado, y que, seguramente, se perdieron las vidas de amigos (quizá se trató de personas que no conocíamos).
El ocaso de los dioses: así es como se siente
Tomé esta referencia (el ocaso de los dioses) de la ópera de Richard Wagner. En realidad, no hay ninguna analogía válida entre la ópera y la película, pero el título me parece ideal.
Aunque muchos hemos interpretado la introducción de X-23, la “hija” de Logan como una semilla para continuar la historia, en realidad sabemos que más que una película, Logan es una elocuente y muy conmovedora carta de despedida.
—Así es como se siente.
Esa frase casi final es demoledora. Una de las cosas más difíciles es decir adiós. Siempre es difícil. Pero en este caso ha sido necesario.
La escena final, además, en la que Wolverine decide sacrificarse a sí mismo para salvar a X-23 (Dafne Keen) y al resto de niños mutantes fue culminada con, lo que considero, la parte más conmovedora de todas: el momento en el que Laura (X-23) permanece junto a la tumba de Logan y gira la cruz para formar una X.
Vamos, que fue un tributo muy digno.
Y me gustaría escribir más, pero estoy asumiendo que quienes han leído hasta es porque han visto la película y me es difícil ponerle palabras a esa despedida.
Voy a decir a agregar a penas dos cosas —que ya dije antes—: es hermosa y necesaria.
VoxBox.-