San Valentín es un día cansado para aquellos que no romantizamos la idea del amor. Algunos insisten en que se trata de una celebración inventada para hacernos consumir más.
Literatura.- Febrero. Mes del amor. Mes de los corazones. de los regalos y de las frases más tontas y básicas que se puedan encontrar en Internet.
San Valentín es un día cansado para aquellos que no romantizamos la idea del amor. Algunos insisten en que se trata de una celebración inventada para hacernos consumir más. Tendrán razón o no, pero lo cierto es que muchas personas no odiamos el amor, odiamos la idea tonta que nos han querido enseñar.
Y la literatura está plagada de escritores que también odiaron esas ideas, y que escribieron novelas no con el corazón, sino con el hígado.
Así que sí, febrero será un buen momento para encerrarse en la habitación y degustar de esos libros que nos hacen replantearnos las ideas más intrincadas del amor. Libros que no tienen finales felices y en los que los personajes no terminan amándose sin condición. Libros que nos recordarán que pocas cosas hay mejores que NO estar enamorado.
Las alas de la paloma, Henry James
En el siglo XIX había una multitud de problemas amorosos que hoy nos parecen totalmente innecesarios. Pero estar a punto de morir y que un desalmado te engañe para llevarse su herencia, y después poder casarse con la que realmente ama, no tiene perdón de Dios.
Hablando del asunto, Julian Barnes
El clásico triángulo amoroso. Tú estás felizmente casado y llega un amigo, más guapo, más bohemio y más inteligente que tú, y se enamora de ella. Y lo que es peor, ella también se enamora de él. Cuando estás soltero la única opción es ser ese amigo, que según el libro es también dolorosísimo, pero todos sabemos que no tanto.
El mundo en que vivimos, Anthony Trollope
Eres guapo, amable, listo y estás enamorado. Lo tienes todo para conseguir la mano de la chica que te gusta. A ella también le agradas y piensa que eres una persona fantástica. Pero va y se enamora de tu mejor amigo y no de ti. Conclusión: el amor da problemas, pero los mejores amigos también. Mejor prescindir de ambos.
Cyrano de Bergerac, Edmond Rostand
Otra vez tenemos un amor no correspondido. En este caso, eso sí, ni siquiera eres guapo. Para compensar, el destino te ha dotado de ingenio y talento, que utilizas para mandar fantásticas cartas de amor en nombre de una persona que es más guapa que tú y a la que ella sí corresponde. Eso sí, aquí ninguno acaba bien…
Grandes esperanzas, Charles Dickens
El amor es ilógico, y puede hacer que te encapriches absurda pero profundamente de alguien que en el mejor de los casos no te hace mucho caso, y en el peor se ríe de ti. Mientras tanto, hay otra persona que sí está enamorada de ti, pero es más práctica que tú y sabe cuándo tiene que dejarte ir.
Anna Karenina, León Tolstoi
Si algo nos deja claro Karenina es que los amores no correspondidos dan menos problemas, en especial cuando estás casada y tu amor no es tu marido (y vives en el siglo XIX, claro, ahora probablemente el final fuese más dramático, pero en todo caso, seguro que mucha gente sufriría).
Cumbres borrascosas, Emily Brönte
El amor de Cumbres borrascosas es como deberían serlo todos en teoría: intenso, salvaje, incondicional. Pero eso solo sería bueno si ese amor fuera entre dos personas sanas y equilibradas, y en condiciones que permitieran dar rienda suelta al amor. No es el caso aquí, y no suele serlo en ningún libro. Las pasiones devastadoras son de lo más destructivo.
Tokio Blues, Haruki Murakami
Te pasas años, años y más años deprimido por una historia de amor que ya acabó y que nunca más podrá ser. Pierdes tiempo, energía y vida real lamentándote. Todo alérgico a San Valentín, tendrás claro que para eso más valía no haberse enamorado en su momento.
El túnel, Ernesto Sábato
Enamorarse obsesivamente es terrible: te vuelves una persona horrible, te das a la bebida, y pierdes el rumbo de tu vida. Aunque mil veces peor es que se obsesionen contigo: te persiguen, te hacen chantaje psicológico y hasta te matan. Aunque la desgracia abarca a muchos más personajes. Y todo por algo que al principio podría haber parecido una historia de amor.
Romeo y Julieta, William Shakespeare
Que esta sea considerada la historia de amor por excelencia es un ejemplo de lo malo que tiene que ser el amor (o de lo estúpido que han sido los lectores). Te gusta quien no debe, enfadas a tu familia, provocas una avalancha de muertes y por si fuera poco acabas suicidándote. Una obra maestra del desamor.
VoxBox.-