Detalles.- El ciberataque de este viernes 21 de octubre fue uno de los más masivos de la historia y abre la puerta a una nueva era de ciberguerra. Antiguamente los hackers se servían de computadoras personales para inyectar código malicioso (malware), pero ahora han utilizado el llamado Internet de las Cosas, aparatos electrodomésticos y demás, que no suelen tener antivirus. Ya que cada vez tendremos más de estos aparatos inteligentes que se conectan a la Web, esto seguramente creará una franja de oportunidad para cibercriminales.

Hervé Lambert en El País explica cómo se ha perpetrado este ataque utilizando un ejército de zombis (todos estos aparatos que yacen como en un estado coma y que pueden ser animados):

Para efectuar este DDoS de esta magnitud, los ciberdelincuentes primero han tenido que infectar miles o decenas de miles de equipos informáticos e instalar un malware que, literalmente, se ha quedado dormido esperando instrucciones para empezar a funcionar. Esta tarea es complicada y lenta, ya que hay que infectar los equipos poco a poco con unos virus bien diseñados para que se queden latentes sin ser identificados.

En segundo lugar, y ésta es la parte más complicada de todas, los ciberdelincuentes han tenido que sacar de ese letargo a todos esos virus instalados en miles de dispositivos conectados a Internet para que, de forma simultánea, intentasen acceder al mismo servidor. Tengamos en cuenta que no se ha tratado de ordenadores o móviles, sino de equipos que tradicionalmente están más desprovistos de sistemas antivirus como cámaras de vigilancia de bebés, routers caseros, cafeteras que hacen pedidos de forma automática cuando se quedan sin café y un larguísimo etcétera de dispositivos conectados al Internet de las cosas.

En el futuro además, se cree que se integrarán aparatos tecnológicos al cuerpo humano, lo que genera también la posibilidad del biohacking, y aquí ya las cosas se ponen divertidas en términos de lo que hoy todavía es ciencia ficción.

VoxBox.-

Por Redacción VoxBox

Antisistematizar es una forma de vida, es ir en contra del sistema, rompiendo moldes y atreviéndonos a hablar de temas que nos importan, como la política, la sexualidad, la cultura, la música y todo aquello que nos libera.

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