“El verdadero destino del hombre es la libertad” – Simón Bolívar
Opinión.- A Simón Bolívar se le conoce en quinto grado de primaria, cuando las disciplinadas profesoras lo ponen a uno a recitar los hechos históricos de América Latina. Bueno… al menos yo ahí lo conocí, y es el recuerdo que tengo como primer contacto con este hombre. Por supuesto, uno entierra esos conocimientos para ir adquiriendo otros, pero Bolívar se queda por ahí agazapado, esperando el momento adecuado para resurgir, como cuando se habla de Bolivia, o de la República Bolivariana de Venezuela o tantos logros a posteriori.
Pero resulta que Bolívar también se queda en la mente por su sueño de unificación. Algo así soñaba Morazán en nuestra Centroamérica, tan lejana de aquellas montañas y llanuras suramericanas.
Pero ¿por qué hablar de Simón ahora? Hoy se celebra su aniversario luctuoso. En 1830, el 17 de diciembre, moría el Libertador, título que había sido otorgado durante su lucha independentista. La versión oficial dice que fue una tuberculosis la que apagó esa vida con apenas 47 años de edad. La vida sigue y siglos después Netflix subió una película verdaderamente hermosa sobre este prócer.
Libertador, película de 2013, narra la vida de Bolívar, con una espectacular fotografía y una dirección muy limpia que nos muestra un inicio de la vida bastante idílica para Simón, el amor profundo entre él y su maestro, Simón Rodríguez, precisamente una figura paterna que lleva a un disipado Simón a tomar una decisión: seguir una vida de burgués luego de la muerte de su esposa, María Teresa Rodríguez del Toro, quien enfermó de fiebre amarilla y murió en su primer año de casados, o tomar parte en las gestas independentistas de Suramérica.
En esta producción venezolana, pero con apoyo de Estados Unidos, España y Alemania, podemos ver maravillosas interpretaciones actorales de Édgar Ramírez, quien encarna a Bolívar, y le acompañan Danny Huston, Gary Lewis, Iwan Rheon, Juana Acosta y María Valverde. Como dato importante, hay que destacar la actuación de 400,000 extras, quienes encarnan a diversos pueblos liberados del yugo español en el siglo XIX.
Como es lógico, en la película no todo es maravilloso y fácil: saltan a los ojos del espectador los diversos conflictos que se dieron entre los independentistas, que no siempre estaban de acuerdo con la visión de Bolívar.
En la dirección de la película está Alberto Arvelo y para la musicalización se contó con el director de orquesta Gustavo Dudamel.
En lo personal, la película me parece muy buena y con una visión un poco distinta a la versión oficial, y la escena final es muestra de ello. No se las cuento para que la disfruten de cabo a rabo. Les dejo el tráiler:
En la infancia, además de enseñarme historia me enseñaron a ser desconfiada, en especial de los que se presentan como salvadores y libertadores. Durante años siempre he pensado que los próceres, al menos en Centroamérica, fueron gente que querían el poder que la corona española tenía, solo para tenerlo ellos. El pueblo siguió y sigue pobre.
No sé si eso pasó en Suramérica, pero al parecer es una constante histórica. Aún así… es bueno poner atención a este hombre, que siempre ha sido mostrado muy humano, muy solidario, muy lleno de esperanzas y de importancia para sus pueblos. Hasta donde estés, Simón… regálales un poco de tino a los actuales gobernantes de América Latina.