Te resumimos los peores errores monetarios en los que la gente incurre, pero que los individuos prósperos evitan a toda costa.
Tips.- La mayoría de nosotros está demasiado lejos de ser millonario, pero eso no nos impide acercarnos a esa meta, dejando de cometer algunos errores financieros. En el siguiente artículo de Molly Triffin te presentamos las equivocaciones más comunes que tendemos a cometer a la hora de manejar nuestros ingresos y algunos tips para manejarlo mejor:
«La principal diferencia entre los ricos y el resto de nosotros es que ellos están en control de sus ingresos y no al revés. No dejan que el dinero los controle. Ello se tomaron el tiempo de aprender cómo trabajar exitosamente con el dinero y se convirtieron en los capitanes de sus vidas. Por el contrario, si te relacionas con miedo e ignorancia frente a tus finanzas, serás como un bote a la deriva en alta mar», dijo Jaime Tardy, una asesora de negocios y autora de «El Eventual Millonario», que ha entrevistado a más de 150 individuos ricos para saber cómo acumularon su riqueza.
Te resumimos los peores errores monetarios en los que la gente incurre, pero que los individuos prósperos evitan a toda costa:
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No quieres enfrentar los hechos
Si no eres muy bueno con las matemáticas puede ser tentador sustraerte a ti mismo de tus finanzas, ya sea evitando las decisiones de inversión o descaradamente ignorando los avisos del banco. Por supuesto, esto no lo hacen aquellos con cuentas bancarias rebosantes de dinero que, por lo demás, no llegaron a tenerlo haciéndose los ciegos con sus informes de balance.
Algunas personas asumen que tienes que ser un banquero inversionista para entender el flujo monetario, pero los ricos no nacieron con el don de la sabiduría financiera; es un proceso gradual de aprendizaje. Si evitas el lidiar con tus cuentas y balances, porque te da miedo lo que puedas encontrar, tienes que lanzarte de una vez. Incluso si no encuentras lo que esperabas, el conocer la verdad te permitirá tomar mejores decisiones y seguir adelante.
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Gastas de más
Cuando piensas en el tipo de vida que llevan los adinerados probablemente vengan a tu mente imágenes de lujo extremo como tener una mansión para esquiar en Chamonix o un armario lleno de zapatos carísimos. Pero la gente con dinero suele ser más realista de lo que crees.
Los millonarios no andan por ahí sumando Lamborghinis a su colección. Ellos compran basados en el estado actual de sus finanzas y según los objetivos que busquen. En el fondo, son ricos porque son buenos para mantener su dinero, no para andar gastándolo.
Tardy aconsejó armar un presupuesto y proyectarlo como si fuera un juego: «Averigua qué tan poco puedes gastar en provisiones o incluso si puedes saltarte su compra durante 7 días y forzarte a realizar comidas con lo que ya tengas».
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No logras ajustar tus finanzas luego de un gran cambio en tu vida
Cuando te casas o uno de tus padres fallece, tu cuenta bancaria es probablemente una de las últimas cosas que tienes en mente. Pero si pospones el agregar a tu cónyuge a tu testamento, cancelar su cuenta conjunta después de un divorcio o firmar el nuevo plan de jubilación de tu empresa, tu balance final sufrirá los golpes.
Cada vez que tu vida sufra un cambio, busca tiempo para sentarte tranquilamente a mirar tus finanzas y ajustarlas. Piensa en ello como si se tratase de fútbol. Los entrenadores tienen un plan en mente. Pero supongamos que el delantero, un defensa y un jugador mediocampista son lesionados en el primer tiempo de juego y quedan fuera. La intención original se vuelve irrelevante y tienen que idear una nueva estrategia.
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Gastas efectivo en comisiones
Una cosa es gastarte $100 dólares en una gran comida en tu restaurante favorito ¡Al menos lo disfrutaste! Pero una cosa muy distinta es tirar a la basura esos mismos $100 dólares en cargos por sobregiro o pagos atrasados.
La diferencia entre la gente rica y el resto, es que los primeros saben a dónde va a parar su dinero y protegen su riqueza asegurándose que ni una parte de su fortuna se les escape entre los dedos. Los adinerados raramente serán vistos pagando sus cuentas tarde o rebotando cheques, porque ellos odian desperdiciar el dinero.
La solución: Automatiza, automatiza, automatiza. Somos humanos después de todo e inevitablemente vamos a fallar en la fecha de un pago o vamos a pasar por alto alguna factura, así que puedes poner algunos salvavidas que te ayuden a disminuir el riesgo de estos desatinos inevitables.
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Te enfocas en ahorrar más, pero no en ganar más
Los millonarios no andan desperdiciando el dinero, pero reconocen la importancia de tener ingresos adicionales como un medio de lograr sus objetivos financieros más de prisa. Los adinerados entienden que, si bien hay un límite al ahorrar, no hay límite para cuánto puedes ganar, informó Tardy.
Si estás en apuros, invierte tu tiempo de modo más sabio buscando formas de ganar más. Una forma obvia de empezar es examinando tu sueldo actual. Si no has pedido un aumento en el último tiempo y sabes que eres importante para tu compañía, agenda una reunión con tu jefe para argumentarle por qué deberías ganar más. También puede usar esa hora que te ibas a pasar buscando en Internet el detergente más barato para tener una lluvia de ideas sobre cómo tener ingresos extra.
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Te obsesionas con el precio y sacrificas el valor
A veces nuestras intenciones de ser austeros nos terminan saboteando; te compras un par de zapatos baratos a $50 dólares en vez de unos de buena calidad a $200. O continúas reparando tu viejo Volvo del ’92 en vez de juntar algo de dinero para comprar un auto nuevo.
Parte de la solución es cambiar tu mentalidad de «encuentra lo más barato» a «encuentra lo de mejor valor». Luego, suma y resta.
Digamos que una concesionaria de autos ofrece 0% de interés si financias con ellos la compra de un vehículo durante 3 años versus una tasa más alta durante 5 años. Si planeas quedarte con el auto de 7 a 10 años ¿Cuál es el precio total de tener ese auto durante aquel marco temporal? Mientras más tiempo financies algo, más bajos serán los pagos mensuales, pero costará más en el tiempo.
Empieza a ponerle atención a lo que estás haciendo cuando te sientes más feliz y vivo que nunca y apunta tus esfuerzos financieros en crear más de esos momentos.