Tecnología.- Las tarjetas de crédito son, para muchos, un salvavidas. Para otros, un agujero en el bolsillo. Obviamente eso depende del sabio uso que les des. Pero lo que sí casi nunca varía es esa sensación de incertidumbre, al imaginar que alguien más pueda tomar posesión de tu tarjeta al ser robada o extraviada.
Sin embargo, esta preocupación podría pronto ser cosa del pasado, gracias a la tecnología —otra vez—.
¿Cuál es la solución?
Visa, una de las tarjetas de crédito más utilizadas a nivel mundial, ha anunciado recientemente que están realizando las pruebas para colocar un lector biométrico en la tarjeta, para comprobar que la identidad de la persona que está realizando la transacción sea la correcta.
¿Pero cómo funciona esta tecnología de las tarjetas de crédito?
Muy simple: el banco encargado de emitir la tarjeta guarda la información de las huellas del titular y dueño de la tarjeta —en teoría no se admitirían huellas de terceros por obvias razones— en el chip de la misma. La nueva tarjeta tendría un lector biométrico, en el cual tendrías que colocar tu huella dactilar al momento de realizar una compra. Dicho lector analiza la huella de la persona que está usando la tarjeta, la compara con la huella almacenada en la base de datos del chip y comprueba que dicha persona es el dueño verídico de la tarjeta en uso.
Se dice que incluso ciertas tarjetas podrían contar con un pequeño led al lado del lector, para indicar a través de diferentes colores que la persona que está intentando realizar la compra es el verdadero titular de la cuenta y no un estafador o un ladrón.
Sin embargo esta no sería la primera tarjeta de este tipo…
Ya MasterCard realizaba el mismo tipo de pruebas con sus tarjetas el año pasado, empezando con un mercado reducido para ir corrigiendo errores y mejorando el funcionamiento general antes de un lanzamiento global.
Si a esto le sumamos la apuesta de Visa por la misma tecnología, tendríamos a 2 de las tarjetas de crédito con mayor consumo a nivel mundial implementando esta tecnología, por lo que si luego de una buena implementación el experimento termina resultando en éxito, lo más lógico sería que las tarjetas de débito sigan el mismo camino en un futuro cercano.
Comprar será más seguro e incluso más fácil
Todo esto eleva a otro nivel la seguridad de las tan aclamadas tarjetas de crédito, facilitando incluso su utilización, ya que si la misma es capaz de comprobar que si la persona que usa la tarjeta es quien debería utilizarla o no, entonces ya las contraseñas o pines de seguridad pasan a ser totalmente inútiles, al igual que cuando los lectores de huellas llegaron a los smartphones.
Con estas tarjetas realizar una compra sería solo una cuestión de unos escasos segundos, sobre todo para aquellos que aún no se hacen la idea de usar sus tarjetas desde el teléfono.