De acuerdo con los investigadores canadienses, para adivinar si un individuo es más rico o más pobre que la media, se necesita observar un rostro “neutral”.
Detalles.- Somos capaces de determinar el nivel socioeconómico de una persona con solo observar su rostro, según un estudio realizado por un equipo científico de la Universidad de Toronto, en Canadá, y publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology.
De acuerdo con los investigadores canadienses, para adivinar si un individuo es más rico o más pobre que la media, se necesita observar un rostro “neutral” —sin ninguna expresión— de una persona.
Al mismo tiempo, en algunos casos, las expresiones también son “utilizadas” por los empleadores para, por ejemplo, escoger a un candidato sobre otro.
Según explicó una de los autores del estudio, Thora Bjornsdottir: “Algo tan sutil como las señales en el rostro que revelan la clase social, en realidad pueden acabar perpetuándose y así esas primeras impresiones pueden convertirse en una especie de profecía autocumplida. Influirá en las interacciones y oportunidades que tiene una persona”.
Sin embargo, la capacidad de leer la clase social de un individuo solo se aplica en expresiones neutrales, y no en sonrisas u otro tipo de emociones. Según señalaron los investigadores, nuestras emociones “se graban” en nuestras caras incluso en la adolescencia o temprana edad adulta. Así, la felicidad frecuente se asocia estereotípicamente con la riqueza de una persona.
El experimento
Durante el experimento, los científicos canadienses dividieron a los participantes en dos grupos, tomando como referencia un ingreso medio de USD 75,000. Los voluntarios del primer grupo tenían unos ingresos familiares totales anuales por debajo de los USD 60,000 mientras que los del segundo grupo por encima de los USD 100,000. Luego fueron fotografiados con expresiones faciales neutrales. Otro grupo de voluntarios tuvo que calificar a los participantes como “ricos o pobres”.
Como resultado, lograron el 53 % de precisión, independientemente de la raza o el género de la persona en la foto.
“Lo que estamos viendo es que los estudiantes que solo tienen 18-22 años ya han acumulado la suficiente experiencia de vida como para cambiar y dar forma visiblemente a su rostro, hasta el punto de que se puede determinar su nivel socioeconómico”, indicó otro encargado del estudio, Nicholas Rule.
El investigador canadiense subrayó que la cara de una persona es lo primero en lo que nos fijamos cuando miramos a alguien, y que hay neuronas especiales en nuestro cerebro encargadas del reconocimiento facial.
“La gente no es realmente consciente de qué señales están utilizando cuando emiten estos juicios”, indicó Bjornsdottir.
Actualmente, los psicólogos planean llevar a cabo más experimentos de este tipo e invitar a los voluntarios de edad más avanzada para averiguar si esta tendencia varía de algún modo con el paso del tiempo.