En la típica escena porno, los hombres han de mantener una erección durante más de 30 minutos o, quizá, hasta una hora entera.
Detalles.- En el porno lo masculino domina, pues la industria está producida, financiada y dirigida por ellos. Este es el motivo por el que las mujeres aparecen más delante de la cámara. La mayoría de las escenas están rodadas para fomentar la excitación de los hombres y ello ha contribuido a crear un curioso tabú en torno al mal llamado actor secundario. Parece que lo que realmente importa es la representación de la mujer y él solo debe prestar su erección a la causa. En este sentido, quizá el mayor de los enigmas del porno sea cómo hacen para mantenerla tanto tiempo y, por ende, durar tanto en la cama.
Ellos, media hora, y el resto, ni seis minutos
En la típica escena porno, los hombres han de mantener una erección durante más de 30 minutos o, quizá, hasta una hora entera. Si nos comparamos, lo más probable es que salgamos perdiendo. Un estudio realizado en 2009, que analizó, cronómetro en mano, cuánto duraban 500 personas (entre ellas, españoles, holandeses, ingleses, turcos y estadounidenses), sigue siendo la investigación más exhaustiva y recurrente sobre el tema. Según los datos de dicha encuesta, la media se encuentra en 5.4 minutos, que, visto lo que duran en el porno, nos deja al resto en mal lugar.
Si nos ponemos a hacer cálculos, es muy probable que no te salgan las cuentas. No te pasa solo a ti: hay una gran diferencia entre lo que se dice y lo que ocurre…
En términos generales, de acuerdo con una investigación publicada en el Journal of Sexual Medicine, una duración aceptable sería de entre tres y siete minutos, y una deseable entre 7 y 13. En este periodo no están incluidos los preliminares, sino que se refieren al “tiempo de latencia intravaginal eyaculatorio” (IELT), es decir, el tiempo entre la penetración vaginal y la eyaculación.
Entonces, ¿cómo lo consiguen?
No es que sean expertos del sexo tántrico ni que conozcan técnicas milenarias, pero sí saben un par de cosas más que el resto de los mortales.
Para empezar, lo más obvio: para ser actor porno hay que tener confianza en ti mismo, en tu cuerpo y en tu rendimiento sexual. Sin esa seguridad, tu carrera en el espectáculo erótico durará dos telediarios. La confianza es un círculo vicioso: una vez observes que la cosa funciona irá a mejor, y viceversa. Asimismo, hay quien realiza los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Según un estudio de 2015, podrían durar hasta cuatro veces más de lo normal. Se entrenan día y noche para desarrollar esa determinación, para saber cómo relajar sus músculos y, por eso, ellos mejor que nadie conocen sus orgasmos y cómo controlarlos.
¿Trucos o trampas?
Una de las técnicas más comunes es la de la masturbación previa. Y sí, las estrellas del porno también la utilizan. Cuando lo hacemos, aprendemos a controlar nuestro cuerpo: cómo son nuestros orgasmos, cuándo llegan y qué es lo que realmente nos excita. Si se practica, tanto hombres como mujeres pueden aprender a frenar o acelerar el clímax y, una vez en pareja, ponerlo en práctica para aguantar más. Asimismo, hay actores que eyaculan dos o tres horas antes de mantener relaciones sexuales, con tal de durar y durar hasta que el director esté satisfecho.
Sin embargo, y aunque la carrera del actor porno medio dure poco (a no ser que sea una verdadera estrella), también hay quien recurre a métodos externos a su propio cuerpo. Por ejemplo, es común el uso de cremas desensibilizantes, generalmente 10 o 15 minutos antes de cada escena, pastillas retardantes, viagra o incluso caverject, un tratamiento más indicado para aquellos que sufren eyaculación precoz que para gente sana. “Los hombres a veces lo utilizan para mantener erecciones imposibles”, asegura Butt.
Ian Kerner, autor de algunos libros superventas, sufría de eyaculación precoz. Sirviéndose de su experiencia, cuenta ahora algunas técnicas para aguantar más haciendo el amor
Y, por último, las técnicas propias del cine: la edición. Entre plano y plano hay parones, cortes y en más de una ocasión el espectador ve más una interpretación de ficción que una relación sexual tal y como es en la realidad. Todos sabemos que quien ve porno no lo hace para averiguar si se han saltado el eje o analizar sus otros recursos de filmación, así que disfruta, no te comas la cabeza con cuánto duran e intenta seguir alguno de estos consejos, si consideras que no te quedas satisfecho y, sobre todo, para pasarlo lo mejor posible.