Los carteles, las drogas y la violencia excesiva son lastimosamente comunes en la región centroamericana y México. Pero este último ha tocado fondo.
Política.- México pasó de tener 6 a 400 grupos de narcos (carteles), y esto en menos de una década, de acuerdo con datos de la organización México Unidos Contra la Delincuencia (MUCD), que ayer dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Percepción de Inseguridad 2017.
¿Cómo se ha producido semejante incremento?
Según el mismo informe, las políticas de corto plazo impulsadas por los distintos niveles de gobierno son las que han ocasionado que las bandas delincuenciales se apoderen de grandes porciones del territorio, un proceso que inició con la llamada “guerra contra el narcotráfico”, impulsada por el expresidente Felipe Calderón a finales de 2006, lo cual provocó una fragmentación de las organizaciones criminales.
“Estructuralmente, lo que ha venido pasando con los cárteles a partir del inicio de estas encuestas hace 10 años, y esto es información divulgada en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, cuando arrancó este proceso en el país había más o menos 6 o 7 carteles que de alguna manera se dividían el control del país”, dice Juan Francisco Torres Landa, secretario general de MUCD.
Y sí, tal como dice el titular, hoy hay 400
Eso es fruto de la fragmentación, de haber quitado las grandes cabezas, que lo único que crea es la dispersión de intereses y esta pugna por lograr mejores atributos en los distintos ámbitos geográficos.
Las políticas tomadas para combatir el narco en México, y para ser justos, en toda la región, han sido desastrosas.
México, en particular, ha tocado fondo en materia de inseguridad.
La corrupción, la impunidad y la falta de voluntad política para resolver los problemas han generado una creciente inconformidad y desconfianza en las instituciones.
¿Qué podemos hacer con los Carteles?
No sabemos. Pero seguir por este camino no parece una solución. Necesitamos repensar nuestras estrategias, no solo a nivel de partidos e instituciones estatales, sino además a nivel de ciudadanos, comunes y corrientes, pero comprometidos.