Me fui un día a dar un recorrido por la ciudad de Taxco de Alarcón, ubicado al norte del estado de Guerrero, en México.
Opinión.- Me fui un día a dar un recorrido por la ciudad de Taxco de Alarcón, un pueblo que tiene la categoría de “Pueblo Mágico,” ubicado al norte del estado de Guerrero y a unas dos horas aproximadamente desde la Terminal del Sur en la CDMX.
Raras veces viajo acompañado y esta vez me permití ir a conocer una ciudad por alguien que ya la conocía antes, alguien que sería mi guía turístico, así que acepté ir.
Salimos alrededor de la una de la tarde de la CDMX, para llegar allá alrededor de las dos y registrarnos en nuestro hotel (sí, me tocó hotel y no uno de los hostales con dormitorios compartidos que me gustan… pero bueno).
Comenzamos a recorrer la ciudad. El primer punto que visitamos fue la imponente iglesia de Santa Prisca. Esta iglesia data de 1750 y al verla, desde la pequeña terraza del balcón de mi habitación en el hotel, no dejé de sentirme en un escenario de Juego de Tronos —para ser más preciso: en la escena donde Cersei hace destruir el septo—, y cuando caminaba por aquellas calles y callejones, con escaleras para arriba y para abajo, no dejé de imaginarme a más de alguna persona haciendo la caminata de la vergüenza, y yo sonando detrás de ellos la campana y gritando: “¡Vergüenza!”.
Pero volviendo al tema, Taxco es un lugar donde se puede encontrar mucho trabajo de orfebrería en plata —ya que el lugar cuenta con minas de dicho metal—; de hecho, la corona española durante sus siglos de reinado hizo un gran negocio allí.
Entre los muchos atractivos que tiene la ciudad está el subir al cerro que tiene la escultura de Cristo y apreciar la belleza del lugar, ya que todas sus casas están pintadas en blanco y con techos de teja roja. Y en medio de ese paisaje, sobresale Santa Prisca, con sus imponentes campanarios en cantera, con estilo churrigueresco.
Uno de los grandes personajes de Taxco es Juan Ruiz de Alarcón, quien fue un dramaturgo de las letras novohispanas. Si algo me han afamado de este lugar son las celebraciones de Semana Santa, que dicen que son preciosas.
En fin, viajar a Taxco representa una experiencia que te hace viajar en el tiempo. Cuando caminas en aquellas calles angostas, entre las paredes blancas de todas las construcciones de la ciudad, y los callejones con escaleras que suben y bajan por mágicos rincones.
En fin, viajar a Taxco es un viaje mágico, y si es acompañado es aún mejor, porque pueden disfrutar de una cena en alguno de los restaurantes con balcones que hay cerca de la plaza central o beber un café, disfrutar de una comida corrida en una de las fondas de la ciudad y caminar por aquellas calles donde puedes descubrir pequeñas iglesias, como la de San Miguel, que a simple vista me pareció un escenario de algún western. San Miguel es el lugar ideal para tener una buena conversación con alguien.
Recomiendo visitar Taxco. Con la mejor compañía, el viaje será más memorable.
Dedicado a A. Castillo.
Gracias por llevarme a Taxco.
VoxBox.-