Veracruz pasó de ser un estado con excelente comida, un famoso carnaval y cuna de la reconocida música del son jarocho, a ser el lugar de nacimiento de cárteles.
Noticias.- Solo cuando salió a la luz el hallazgo de 253 cuerpos en un predio de nombre Colinas de Santa Fe los medios de la capital e internacionales pusieron atención sobre la fosa clandestina.
De acuerdo con el semanario “Proceso”, la búsqueda en Colinas de Santa Fe comenzó en mayo del 2016, cuando una de las integrantes de Colectivo Solecito recibió un mensaje del crimen organizado con hojas de papel donde decenas de cruces señalaban la ubicación de 120 fosas clandestinas. En septiembre de 2016, familiares de desaparecidos armaron las primeras brigadas de rastreo en los lugares donde sospechaban de actividad del crimen organizado.
Este es hoy el conjunto de fosas clandestinas encontrada en los diez años de guerra que vive México: en Tetelcingo, Morelos, fueron exhumados 117 cuerpos; en San Fernando, Tamaulipas, 196 restos humanos, y en Iguala, Guerrero, 131. Colinas de Santa Fe podría ser la mayor fosa clandestina en América Latina, destacan algunos medios.
Lucía de los Ángelez Díaz Henao, del Colectivo Solecito –conformado por familiares que buscan al menos 100 personas en Veracruz–, cuenta a la agencia informativa “RT” que las fosas ubicadas en Colinas de Santa Fe están a quince minutos del puerto de Veracruz, uno de los puntos de comercio internacional más importantes del país. Prácticamente se ubica a la entrada de la ciudad, y está rodeado de fraccionamientos.
«No es un cerro, es un predio urbano, que sigue siendo propiedad de una familia y está resguardado y tiene su alambrada y portones», denuncia Díaz.
A la pregunta de qué permite la existencia de un lugar así en pleno puerto de Veracruz, la activista responde: «Colusión con las autoridades. Si están patrullando todo el tiempo policía y marinos, ¿cómo le hicieron para llevar a toda esa gente?».
Una fosa tenía 15 personas. La logística es complicada. Por lo que la buscadora deduce que se tuvo que hacer frente a las autoridades, ya que pareciera que algunas fosas hasta fueron abiertas con retroexcavadoras.
La tragedia veracruzana
Veracruz pasó de ser un largo estado, primordialmente tropical, con excelente comida, un famoso carnaval y cuna de la reconocida música del son jarocho, a ser el lugar de nacimiento de cárteles como el del Golfo, los Zetas, y a vivir asesinatos de periodistas y violencia generalizada.
Las administraciones de los gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte, ambos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el del presidente mexicano, transformaron el estado. Los recientes escándalos de corrupción de Duarte, hoy prófugo de la justicia, mostraron solo los síntomas de este gobierno.
Después de casi 80 años ininterrumpidos en el poder, Veracruz cambia de partido en el gobierno, paradójicamente de manos de un expriista, Miguel Ángel Yunes, pero mediante el Partido Acción Nacional.
Pero el cambio de gobierno estatal tampoco les ha traído muchas respuestas, pues ven continuidad en el lenguaje y el comportamiento de las nuevas autoridades del gobierno de Yunes. El portal de noticias “Sin Embargo” lanzó un especial del caso Colinas de Santa Fe, en el que detalla que las actuales autoridades ministeriales de Veracruz dicen no contar con los recursos suficientes para realizar pruebas de ADN e identificar a las víctimas.
«Veracruz es una fosa enorme para mí y yo lo he dicho, en su momento cuando se terminen de abrir las fosas que hay en el estado, será la más grande de México y quizás del mundo, porque durante muchos años el crimen organizado desapareció personas con la complacencia de la autoridad y fueron y las botaron en fosas que fueron específicamente para esto», afirmó este 14 de marzo el nuevo fiscal general del Estado, Jorge Winckler Ortiz, en tono de alarde ante los medios de comunicación.
De acuerdo con Díaz, Winckler ha sido irresponsable y no ha atendido cabalmente las demandas de la sociedad civil que busca a los desaparecidos en México. En Twitter, el fiscal ha dicho que se requiere ayuda nacional e internacional para identificar los restos.
Lesa humanidad
Además, la activista detalla que en Veracruz hay un problema con las muestras para identificar a quienes están ausentes. Si bien la Policía Federal Científica toma las muestras de los cadáveres de las fosas, el gobierno estatal tiene apenas 266 muestras de familiares en búsqueda.
El Colectivo Solecito afirma tener más de 600 muestras, pero eso no es suficiente: «Tenemos un universo, eso no cubre, pero en Veracruz hay más de 20.000 desaparecidos». Ahora El Colectivo Solecito insiste en hacer una campaña masiva para recaudar muestras de personas que tengan familiares ausentes.
Este trabajo de búsqueda desde las propias familias, recuerda, fue motivado a partir del caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero en 2014. Díez admite: «No nos hubiéramos esperado tanto». Y es que para ella, que busca también a un familiar, la situación en Veracruz lleva muchos años siendo crítica: «Es generalizado, sistemático, daría para denominarse como crimen de lesa humanidad, pero en México no tenemos la definición penal para eso. En Veracruz se cometen crímenes de lesa humanidad diariamente, tantos casos dirigidos contra población civil como política de Estado».
En 2015, una congresista local presentó una iniciativa para que en Veracruz pudieran ser reconocidos los delitos de lesa humanidad, ya que en el estado solo hay un plazo de 60 días para interponer denuncias por este tipo de violaciones ante las instancias locales de derechos humanos. La iniciativa no prosperó.
VoxBox.-