Los productos culturales no pueden ser responsables de los comportamientos sociales.
Opinión.- La canción que relata la furia de un hombre y que dice que matará a balazos a su pareja por hacerlo sufrir en el amor, salió en 1994 y es de Café Tacvba. Viéndolo así, la cosa parece muy seria. Pero la verdad es que, en su momento, se trataba de una simple parodia sobre la música norteña mexicana.
“Pues si puedo hacerte daño, solo falta que yo quiera lastimarte y humillarte (…) Por eso ahora tendré que obsequiarte un par de balazos pa’ que te duela. Y aunque estoy triste por ya no tenerte voy a estar contigo en tu funeral“.
Pero Rubén Albarrán dijo a La Nación de Argentina que ya no estaban interiorizados en el tema: “Éramos jóvenes cuando se compuso y no estábamos sensibilizados con esa problemática como ahora todos sí lo estamos”, explicó.
“Mucha gente puede decir que es sólo una canción, pero las canciones son la cultura, y esa cultura es la que hace que ciertas personas se sientan con el poder de agredir, de hacer daño, de lo que sea…” agregó el vocalista.
Y vamos, la lucha contra el feminicidio es un tema bien delicado. Y lo que dice Albarrán sobre la cultura es bastante acertado. Las canciones —sobre todo las más populares— tienden a normalizar cualquier tipo de comportamiento.
¿Pero qué tanto se le puede achacar? ¿Qué tanto influye? ¿De cuántos suicidios son responsables las canciones de José José?
En este caso nadie ha censurado a la banda, ellos deciden si quieren seguirlas cantando o no. Nosotros vamos a seguir disfrutando sus canciones y sus conciertos.
Pero los productos culturales no pueden ser los responsables de los comportamientos sociales. Como no lo fueron los Beatles cuando Charles Manson decidió tomar “Helter skelter” como un ideología para cometer sus crímenes. Tampoco lo fueron las novelas románticas que llevaron a Emma Bovary a una vida de infelicidad absoluta y a su suicidio.
Mucho menos lo fue —perdóname Flaubert— Maluma por las infidelidades de cualquiera que haya encontrado en 4 babys una licencia para la infidelidad.
Si la canción era originalmente una burla hacia esas canciones norteñas —cargada de misoginia auténtica y pura— ¿Por qué deberían pedir disculpas? ¿Por qué deberían dejar de tocarla?
Pegar balazos
Honestamente, no creo que una persona sensata, que nunca ha pensado en matar a nadie, se decida a pegarle un par de balazos a cualquier ingrata que le rompió el corazón solo porque escuchó una estrofa de una canción.
Insisto: la decisión fue tomada por el grupo y están en todo su derecho. Pero creo que esta lucha enfermiza por asegurarnos siempre y en todo momento lo “políticamente correcto” puede fácilmente desviar la atención de las reivindicaciones legítimas del feminismo.
Aquellas por las que sí vale la pena la lucha.
(Aquí puede leer otro punto de vista sobre la decisión de la banda)
https://www.youtube.com/watch?v=_uebgD9D8tc
VoxBox.-