Música.- Cuando uno cae en este mundo ingrato y lleno de sinsabores, viene con la disposición de aprender todo. Los primeros que te muestran lo valioso de la vida son nuestros padres. Ya lo saben, mi padre me ha enseñado mucho, pero esta vez le toca a mi madre el agradecimiento de introducirme al culto vernáculo de las canciones de José José.
Un día como hoy, en 1948, nació este hombre de voz prodigiosa y del instinto inequívoco para las canciones interminablemente dolorosas. Así es, yo pienso en José José y pienso en el sufrimiento emocional. No hay latinoamericano que no haya pasado, de alguna manera, por alguna de sus canciones. José José es el príncipe de la canción, desde el arrabal sonando en una rockola hasta la sala familiar de una casa mientras se trapea el piso con esmero para que quede brilloso.
Crecí con él, con su música. Recuerdo a mi madre muy joven, lavando en un lavadero de cemento mientras yo me entretenía jugando con mi oso sentada en un petate. Mientras lavaba entonaba las canciones que me marcaron desde entonces. José José nació en la Ciudad de México y es el primogénito de un tenor y de una concertista de piano. Su padre no dejaba que en su casa se tocara música popular y el joven príncipe tuvo que buscar fuera del hogar la guía necesaria para llevar todo el amor despechado posible al mundo. Es curioso cómo nos pegan los recuerdos… yo no logro recordar ninguna de sus canciones en lo habitual, pero en cuanto inician los primeros acordes de cualquiera de sus canciones, la letra completita viene a mi mente y las canto con la misma desazón con las que fueron escritas.
Inició su carrera y el 22 de marzo de 1970, cantando El triste. Se hizo famoso en el II Festival de la Canción Latina, y desde entonces el mundo ha sido un lugar tierno y amigable para sufrir por amor.
Se estima que José José ha vendido más de 100 millones de discos. En México, según las estadísticas discográficas, su álbum Secretos es el más exitoso, con más de 15 millones de copias vendidas desde su lanzamiento en 1983. En toda Hispanoamérica es considerado el cantante más importante de la música romántica… todo un rockstar.
Por supuesto, como todo buen rockstar, su vida no ha sido precisamente tranquila. Se sumergió en el vicio del alcohol y su historia familiar estuvo en medio de historias de traición y engaños. Aún así no perdió la fe en el amor y eso lo llevo a casarse en tres ocasiones. Consecuencia de sus excesos, su voz fue mermando y ahora ya no puede cantar como antes. Pero ahí está el hombre… cumpliendo años nuevamente.
Sesenta y nueve años se celebran este día de José Rómulo, su nombre real, y lo celebramos como debe ser, con un humilde recuento de sus canciones aptas para codependientes emocionales:
El triste, 1970
No sé qué de mi vida será… sin el lucero azul de tu ser, que no me alumbra ya. Hoy quiero saborear mi dolor, no pido compasión, ni piedad, la historia de este amor se escribió para eternidad.
Qué triste todos dicen que soy, que siempre estoy hablando de ti, no saben que pensando en tu amor, en tu amor… he podido ayudarme a vivir.
La nave del olvido
Espera un poco, un poquito más… me moriría si te vas…
Lo que un día fue no será
Ya no vuelvas a buscarme, no tengo que darte, de tu alpiste me cansé… vete a volar a otro cielo y deja abierta tu jaula, tal vez otro gorrión caiga, pero dale de beber.
Amnesia
Usted me cuenta que hasta le rogué que no se fuera y que su adiós dejó a mi corazón sin primavera, que anduve de bar en bar… llorando sin podérmela olvidar, gastándome la piel en recordar su juramento, perdón, no la quisiera lastimar, tal vez lo que me cuenta sea verdad, lamento contrariarla, pero yo… no la recuerdo.
Desesperado
No me importa lo que seas, no me importa si has cambiado, no me importa si eres otra, no me importa si has pecado… vuelve, te lo recuerdo, porque estoy desesperado, decidido a aceptar lo que sea, tú has ganado, ya lo ves, que sin ti soy un hombre acabado, sin ganas de vivir…
Gracias, José José. En vida te honramos, y aunque sabemos que todos vamos buscando la mortaja en algún momento, tú serás eterno… en cada borrachera, en cada trapeada en la casa, en cada recuerdo limpio y puro, y en cada momento de bochorno.
VoxBox.-