Música.- Joan Manuel Serrat Teresa nació un 27 de diciembre, allá por 1943, en el barrio barcelonés de Pueblo Seco, en una familia obrera. Su infancia estuvo muy ligada al ambiente de las calles, y esto lo marcó tanto que años después en sus canciones narra la cotidianidad de Cataluña tras la Guerra Civil Española. Luego fue rebautizado en los escenarios como Joan Manuel Serrat. Su obra tiene influencias de grandes poetas, como Mario Benedetti, Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Pablo Neruda, Joan Salvat-Papasseit y León Felipe.
En su voz hemos escuchado versiones de canciones de Violeta Parra y de Víctor Jara. Es uno de los pioneros de lo que se dio en llamar la Nova Cançó catalana. Serrat, conocido también como El noi del Poble-sec (“el chico del Pueblo Seco”, su barrio natal) es uno de esos artistas que no se limitan a la fama de su esencial y melódica voz, sino también por sus luchas, sus creencias y sus causas.
En 1965 realizó sus primeras presentaciones y el éxito vino pronto, pero también los problemas. El primero fue el conflicto cuando fue elegido el representante español para participar en el festival de Eurovisión en 1968. Participaría con la canción La la la. En esta canción, Serrat quería interpretar al menos un verso en catalán, pero no se lo permitieron. No participó.
Luego, en 1975 tuvo que exiliarse durante un año en México. En aquel año condenó el asesinato de cinco militares durante la dictadura del General Franco. La dictadura española emitió una orden de búsqueda y captura contra el artista. Por supuesto, en España su discografía fue retirada de venta y de las radios.
Serrat siempre ha sido congruente con sus convicciones, desde darse el lujo de tener éxitos en sus discos cantados en catalán, hasta hacer declaraciones a favor de sectores desfavorecidos y trabajar por cambiar las realidades dolorosas. Eso admiro mucho de un artista, ya que son personas que bien podrían ignorar lo que sucede en el mundo y todos se lo perdonamos, solo por el placer que nos otorga escucharlos. Él no. Él nos da una bofetada con su música, nos dice cómo ser una buena persona, desde lo cotidiano, desde lo normal, desde la casa, donde vemos a diario a nuestros seres amados.
No podría terminar este breve recorrido por la vida del catalán, si no les compartiera mi selección muy personal de sus 5 canciones fundamentales para sobrevivir en este mundo:
- Conocí a Serrat, claro está, gracias a que mi padre, quien siempre me mantuvo cerca de la música desde mis tiernos días de infante. Ese hombre, en aquel entonces, me cargaba en sus brazos y bailábamos al ritmo de ¿Qué va a ser de ti?, en una irrefutable premonición de que 24 años después agarraría mis pocas cosas en un “hatillo y cantando quiero ser feliz”. Me fui a vivir sola, sin que mi pobre viejo entendiera por qué no concretaba la vida “normal” de la mayoría de salvadoreñas que buscaban marido y se ponía a criar niños a lo desmedido. Aun así, cuando así lo decidí, fue precisamente él quien me ayudó a cargar mis cosas a mi primera casa vacía. Aquella noche lluviosa de octubre volvimos a bailar aquella canción de Serrat, antes de que se despidiera, sin antes decirme que cerrara bien las puertas y revisara las ventanas, costumbre que aún tiene, aún ahora que tengo familia propia y que ya es imposible estar sola en esta casa.
- Indudablemente la música que uno escucha en casa, cuando los papás andan ocupados hacendosos, mientras una está parada en un corral de madera cruda, queda en algún punto de la memoria pegado y sale cuando una menos lo espera. Me ha pasado. Me pasó. Iba por el largo pasillo del colegio, no recuerdo qué edad tenía, pero sí estoy segura que pasaba los 9 años cuando sucedió. No recuerdo hacia donde iba, pero iba tarareando Tu nombre me sabe a hierba, cuando me escuchó una maestra, me detuvo y me preguntó dónde había escuchado aquella canción. Le dije la verdad: no sabía. Por supuesto no me creyó y me castigó dejándome sin recreo y escribiendo en el enorme pizarrón de mi salón la frase: “No debo decir mentiras” cien veces, mientras… por supuesto… seguía tarareando la canción.
- Como lo he dicho antes, una de las cosas que admiro de Serrat es su capacidad de solidaridad con causas serias. Mediterráneo es una de sus grandes y emblemáticas canciones, escrita hace más de 30 años, pero este año, tuvo un giro muy interesante. En una campaña sobre la concientización de la migración de refugiados de Medio Oriente, el mar Mediterráneo es una puerta a una libertad tan ansiada, y precisamente en ese paso es donde han muerto más de 15,000 personas que buscan escapar de la guerra. Les dejo acá el video.
- Llegué a la adultez pensando que conocía la obra de Serrat: era tan insulsa. Hasta que mi marido me mostró esta canción que es una preciosura, saca lo cursi de mi y me deja… como dice la letra… pensando que tengo quince años y que sigo enamorada. Creo que nadie se salva de eso en algún momento de la vida: Palabras de amor es bella en su original catalán y bella también en español.
- Antonio Machado, el gran poeta español, no ha muerto gracias a Serrat. Los que andamos siempre en búsqueda de algo en la vida, nos encontramos en esta canción Caminante no hay camino, un verdadero aliciente para seguir, a pesar del cansancio, del enojo o de las frustraciones. Hay mucho que agradecerle a este hijo de anarquista, porque la música es el transporte más maravilloso para el pensamiento.
VoxBox.-