“Split” se convertirá fácilmente en una de las obras más destacadas del realizador pero por las razones correctas, poniéndola al lado quizás de “Six Sense”.
Opinión.- No suele existir nombre que posiblemente ahuyente más a un espectador levemente conocedor, catalogado quizás como “cinéfilo”, que el de M. Night Shyamalan en los créditos principales, su estatus como director ha sido casi irrisorio durante ya casi dos décadas y hasta cierto punto ir a ver una de sus películas puede ser tomado como una muestra de sadomasoquismo audiovisual, sea por las razones que sea.
Por lo tanto, es fácil entender la curiosidad y conmoción que ha ocasionado esta última cinta dirigida por él titulada simplemente: “Split”, que solo para sacar de dudas a los lectores me limito primeramente a decir que se convertirá fácilmente en una de las obras más destacadas del realizador pero por las razones correctas, poniéndola al lado quizás de “Six Sense”. Incluso te puede dar cierto grado de alivio y satisfacción al salir de la sala conociendo de antemano la reputación del cineasta.
La historia gira en torno a Kevin, un hombre con trastorno de identidad disociativo que tiene nada más y menos que 23 identidades coexistiendo en un mismo “portador”, las cosas se complican cuando tres de las personalidades más inestables toman el control y confabulan para secuestrar a tres adolescentes que usaran como ofrenda en un extraño ritual.
No es una obra maestra, termina cumpliendo su propósito y al final resultar ser muy entretenida pero claramente no está exenta de errores, existen momentos en que el dialogo es tan forzado en cuanto a lo que exposición de información se refiere que a pesar de sacarse un par de comentarios y chistes ligeros no terminan quitarle ese esencia prefabricada que caracterizan una mala escritura.
Lo que destaca sin lugar a dudas, es la actuación de James McAvoy como el “protagonista/antagonista”, su versatilidad como actor le dotan al personaje de interés y mucha empatía en varias de las personalidades que precisamente al igual que la película lo plantea, son todos personajes independientes y no de una misma persona, factor que resulta interesante y te deja plenamente inmerso en la historia.
Se convierte en un juego el conocer sus “otros papeles” y discernir los momentos en que una personalidad toma control sobre otra, además de que es impresionante el hecho de que en algunas escenas logremos diferenciarlas con un mero cambio en el semblante de la cara de McAvoy, inmediatamente identificamos el personaje en que se encuentra y concediéndole un atractivo singular a la cinta.
La película no deja de ser exagerada por momentos pero la naturaleza de la historia permite hasta cierto punto credibilidad a aquellos momentos “extraños” o quizás demasiado incomodos para determinar si son graciosos o terroríficos, que a veces parece ser un sello del director.
Algunas cosas podrían no ser del agrado de todos como el “giro” de la ubicación de la casa o la referencia a otra película Shyamalan que anuncia a gritos la intención de una secuela/crossover. Pero dentro de todo, no está mal para hacer una visita casual al cine sin demasiadas pretensiones.
VoxBox.-