Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, se planteó como objetivo de año nuevo “haber visitado y conocido a la gente de todos los estados de Estados Unidos”.
Detalles.- Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, se planteó como objetivo de año nuevo “haber visitado y conocido a la gente de todos los estados de Estados Unidos”. Y fue el diario británico The Guardian el que apuntó que este propósito suena a ambiciones presidenciales.
“Tras un tumultuoso pasado año, mi esperanza en este reto es salir y hablar con más gente sobre cómo están viviendo, trabajando y pensando en el futuro”, escribió el CEO de Facebook en su muro. “Al afrontar este desafío, parece que estamos en un momento decisivo de la historia. Durante décadas la tecnología y la globalización nos han hecho más productivos y conectados. Ello ha creado muchos beneficios, pero también para mucha gente ha hecho su vida más difícil. Necesitamos encontrar un modo de cambiar el juego que funcione para todo el mundo”, continuó Zuckerberg.
Y los medios comenzaron a especular: “¿Será Mark Zuckerberg nuestro próximo presidente?”, se preguntaba Vanity Fair en un artículo. Para ser presidente de Estados Unidos, según estipula su Constitución, hay que tener más de 35 años, y Zuckerberg tiene 32.
Algunos de los indicios que se enumeran en la publicación son:
1) “Yes, he can”. Existe en su compañía una declaración de poder —es decir, un documento oficial relativo al futuro de esta que se envía a los accionistas antes de una reunión— con la cláusula que permite a Zuckerberg ser candidato a la presidencia y mantener el control de Facebook. Así lo publicó la revista Forbes, que tuvo acceso al documento en abril del año pasado. El asunto no es baladí, que se lo pregunten a Donald Trump.
2) “In God he trusts”. Es decir, ya no es ateo. Zuckerberg ha vuelto al judaísmo, credo en el que fue educado. Así lo explicó al ser preguntado en su muro por sus creencias, tras haber felicitado la Navidad y el Janucá. Resulta que es incompatible ser no creyente y presidente de Estados Unidos. Así lo sostiene un informe publicado del Pew Research Center, sobre lo preponderantes que son las creencias religiosas para los votantes estadounidenses. Coincidencia o no, Zuckerberg ha vuelto al redil.
3) Ya tiene spin doctors. Uno demócrata y otro republicano, pues trascendió que ha contratado a David Plouffe y a Ken Mehlman. El primero fue el director de la primera campaña presidencial de Barack Obama, el segundo dirigió la de George W. Bush en 2004. Ambos, en principio, han sido contratados para prestar sus servicios en la Chan Zuckerberg Initiative, la fundación que creó con su esposa en 2015, centrada en educación, sanidad y ciencia.
Además, habría que añadir que Zuckerberg no solo tiene una fundación, ya que también está detrás de un lobby —FWD.us— que aboga por la reforma de la política migratoria. “Tenemos una política migratoria extraña para una nación de inmigrantes. Y esa política no encaja con el mundo actual”, escribió en The Washington Post, cuando lanzó el grupo de presión junto con otros líderes de Sillicon Valley.
Y es que es allí, en el valle donde se concentra la industria tecnológica del mundo, donde existe el consenso de que la apuesta presidencial de Zuckerberg es “absolutamente real”. Además, explica los motivos por los que cree que será un presidente “asombroso”, cargo para el que habría estado preparándose en la última década, en sus encuentros con toda clase de líderes mundiales.
Jim Vandehei, cofundador de Politico, abogó también el pasado abril en un artículo publicado en The Wall Street Journal porque el CEO de Facebook encabezara una tercera alternativa política en Estados Unidos, ya que según este “el establishment de América necesita disrupción, pero no la del tipo Sanders o Trump”.
Finalmente la disrupción elegida fue la encarnada por Donald Trump. Su triunfo ha evidenciado que no es indispensable tener experiencia política previa para lograrlo (otro punto para Zuckerberg) y que básicamente todo es posible.
Si el magnate lo ha logrado, por qué no iba a hacerlo Zuckerberg, aunque sea su antítesis. Después de todo, puede que vuelva el momento en que el mundo recupere la fe en el progreso. Puede que entonces sea candidato —anticipa Forbes que por el Partido Demócrata— el programador que de niño memorizó la Ilíada y desde entonces solo quiso que su nombre fuera recordado.
¿Crees que Mark Zuckerberg acabará convirtiéndose en el nuevo Donald Trump? Dos empresarios exitosos, ambiciosos que han construido un poderoso imperio partiendo de cero y que han llegado a lo más alto. ¿Casualidad? (Spoiler: no).
VoxBox.-