Mileva Marić, la esposa de Albert Einstein, lo conoció en el Instituto Politécnico de Zurich, al que accedió después de pasar duros exámenes. La relación entre ambos científicos fue más que amorosa.
Detalles.- Mileva Marić, la esposa de Albert Einstein, lo conoció en el Instituto Politécnico de Zurich, al que accedió después de pasar duros exámenes. La relación entre ambos científicos fue más que amorosa, ya que entre ellos se estableció un fuerte vínculo intelectual: Mileva entró en la vida de Einstein en un periodo crucial de su carrera y él admiraba las ambiciones intelectuales de su mujer.
Sin embargo, Mileva quedó embarazada antes de casarse con Einstein, un hecho que le hizo apartarse paulatinamente de la vida académica para dedicarse a las tareas domésticas y apoyar la labor investigadora de su marido. Sin embargo, son muchas las voces que reclaman la participación activa de Mileva en las grandes aportaciones de Einstein a la ciencia. Entre los argumentos se señala, por ejemplo, que el físico cedió parte de los beneficios del Premio Nobel a su mujer, y que en la correspondencia que mantenían entre ambos siempre hablaban de «nuestra» teoría y «nuestros» trabajos.
Lo cierto es que Mileva Marić nunca reclamó la coautoría de los éxitos cosechados por su marido, no publicó nada por su cuenta después de separarse de Einstein y su participación como «madre» de la Teoría de la Relatividad carece de fuertes evidencias. Los historiadores, en general, coinciden en afirmar que, simplemente, Mileva se retiró del mundo académico para dedicarse a su marido —que no le debía tratar precisamente bien, y de quien se separó en 1919— y a sus hijos.
Su historia sería similar a la de tantas otras mujeres de talento nacidas en una época en la que la ciencia estaba reservada a los hombres. Tan solo cabe preguntarse, entonces, qué hubiera pasado si esta historia de amor entre científicos se hubiera desarrollado en el siglo XXI.
VoxBox.-