Detalles.- Todos sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de envidia: ese sentimiento incontrolable que nos invade con fuerza, cuando alguien más obtiene algo que a nosotros nos hubiese gustado obtener.
En realidad, la envidia es la rabia reparadora de quien en vez de luchar por sus anhelos prefiere eliminar la competencia. Es la defensa típica de una persona débil.
Pero ¿es natural sentir placer gracias a ella?
Un grupo de investigadores del Departamento de Neuroimagen Molecular del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón dieron a conocer los resultados de un estudio en donde hallaron que la envidia puede producir placer debido a que el hipotálamo libera, en ese momento, oxitocina y dopamina.
En este trabajo los científicos encontraron que el cerebro libera dopamina cuando a una persona a la que se le tiene envidia le va mal, del mismo modo que ocurre cuando se siente placer.
La oxitocina —llamada la hormona del amor— es la culpable de desatar envidia por alguien, y, a la vez, cuando esta se relaciona directamente con la dopamina, permite sentir un gran placer cuando a esa persona a la que se envidia le sucede algo negativo.
Así que si alguna vez te sentiste la peor persona del mundo por alegrarte cuando le fue mal a alguien, aquí tienes ya a las culpables: la oxitocina y la dopamina. Ya puedes volver a dormir tranquilo sabiendo que fue una reacción completamente natural.
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