Detalles.- En la escuela se aprenden las nociones elementales del mundo. No en balde se le considera un segundo hogar. Y no es nuestra intención menospreciar el trabajo de los docentes, pero sabemos que hay ciertas cosas que, por simplificación, nos lo enseñan mal.
Aquí hay un listado de cosas que quizás te enseñaron mal y que todavía no has rectificado:
Tenemos cinco sentidos. Esta categorización que viene de Aristóteles es incompleta. Tenemos entre 9 y 20, dependiendo de la definición que usemos, como ya apuntamos en otro artículo anterior. Estos incluyen la propiocepción, que nos permite saber dónde están las diferentes partes de nuestro cuerpo, los sensores de temperatura (termocepción), del dolor (nocicepción) e incluso el sentido del equilibrio.
Las partes de la lengua están especializadas en diferentes sabores. Los receptores de sabor están distribuidos por toda la lengua. Además, hay un quinto sabor, umami, que significa “sabroso” y que está presente en las proteínas.
Hay tres (o cuatro) estados de la materia. Se solía mencionar el sólido, el gaseoso y el líquido, añadiendo en cursos superiores el plasma. A eso hay que añadir otros estados que (eso sí) no se producen de forma natural en nuestro entorno: el condensado de Bose-Einstein, para el que se necesitan láseres e imanes, enfriando los átomos a una temperatura cercana al cero absoluto y deteniendo el movimiento de las moléculas casi por completo.
En la Edad Media se creía que la Tierra era plana. “Todos los estudiosos de la Edad Media sabían que la Tierra era una esfera”, explica Umberto Eco en Historia de las tierras y los lugares legendarios, citando a Dante, Orígenes, Ambrosio, Alberto Magno, Tomas de Aquino e Isidoro de Sevilla, que incluso calculó la longitud del Ecuador. De hecho, las críticas a la ruta propuesta por Colón no se debían al temor a que cayera por un abismo, sino a que se consideraba que el navegante se basaba en un cálculo optimista acerca del tamaño de la Tierra y que su ruta no era tan corta como pensaba.
Hablando de Cristóbal Colón, él no descubrió América. Para empezar, ya había gente en América, así que el continente estaba descubierto. Otra cosa es que los europeos ignoraran su existencia. Y Colón nunca supo que había dado con un continente nuevo. Además de eso, antes que él podrían haber llegado los galeses (dudoso), los fenicios (poco probable), los polinesios (posible), los chinos (probable) y los vikingos (casi seguro).
En la Edad Media, a los 30 años ya eras viejo. La esperanza de vida era muy corta (en torno a los 43 años), pero eso se debía sobre todo a la mortalidad infantil. En realidad una persona que alcanzara los 20 años tenía bastantes posibilidades de llegar a los 45, y si cumplía 30, podía confiar en llegar a la cincuentena. Había muchas muertes infantiles y, más adelante, unas cuantas (aunque menos) por enfermedades, en guerras y en partos. Es decir, no era tan fácil llegar a los 70 años como hoy en día, pero a los 30 tampoco eran ancianos.
Las pirámides fueron construidas por esclavos. Desde hace una década, cuando en 1990 y siguiendo la tradición de los hallazgos fortuitos (el caballo de un turista estadounidense tropezó con una estructura semienterrada), el arqueólogo Mark Lehner y el secretario general de antigüedades egipcio Zahi Hawass descubrieron en Giza el cementerio de los constructores de las grandes pirámides. Se sabe que esos inmensos monumentos no los construyeron esclavos a latigazos, como nos ha acostumbrado el cine a creerlo (ni los judíos, ni los atlantes, ni los extraterrestres), sino trabajadores egipcios libres.
Los camaleones cambian de color para camuflarse con el entorno. En realidad, cambian de color para comunicarse. Los machos optan por colores brillantes para parecer dominantes y más oscuros antes de encuentros agresivos, escribe Wired. Y las hembras también pueden cambiar el color de su piel, para mostrar a los machos si están dispuestas a aparearse.
En el espacio no hay gravedad. Como explica Jordi Pereyra en su blog Ciencia de sofá, si en el espacio no hubiera gravedad “(de planetas, satélites, estrellas, agujeros negros…), nada se mantendría unido: la Luna no daría vueltas a nuestro alrededor, ni nosotros alrededor del Sol, ni existirían siquiera las galaxias”.
VoxBox.-