Bukowski nació en Alemania y desde sus infinitas borracheras le regaló al mundo una extensa obra literaria que nos sigue retorciendo las entrañas.
Detalles.- Henry Charles Bukowski es el último escritor maldito, o al menos eso dicen los expertos. La verdad es que con los nuevos modelos de márketing de libros, cada tanto surge por ahí un nuevo escritor maldito: el término ha perdido casi cualquier valor.
Pero el poder de Bukowski no se ha movido ni un poco, por mucho que algunos le resten méritos literarios. Nació el 16 de agosto de 1920 en algún rincón de Alemania y desde sus infinitas borracheras le regaló al mundo una extensa obra literaria que —hasta el día de ahora— sigue retorciéndole las entrañas a más de alguno.
Bukowski no es de esos escritores a los que uno recurre cuando ha perdido el rumbo y quiere reencontrarse con uno mismo en perfecta paz y armonía. Bukowski es de los escritores que rompen con todo y con todos, y lo hace de una forma genial.
Aquí hay una pequeña muestra para comprobarlo:
- «Francamente, estaba horrorizado con la vida, con lo que un hombre tenía que hacer simplemente para comer, dormir y mantenerse vestido. Entonces me quedaba en la cama y bebía. Cuando bebía, el mundo aún estaba allí afuera, pero por el momento no me tenía agarrado del cuello».
- «Cualquier cosa puede volver loco a un hombre porque la sociedad se asienta en bases falsas»
- «Y también está, por supuesto la locura y el terror de saber que alguna parte de ti es como un reloj al que no puede dársele cuerda otra vez, una vez que se para».
- «El hombre ha nacido para morir. ¿Qué quiere decir eso? Perder el tiempo y esperar. Esperar el colectivo. Esperar que canten los ratones. Esperar que a las serpientes les crezcan alas. Perder el tiempo».
- «Cuando estás en la calle es cuando te das cuenta de que todo tiene dueño y de que hay cerrojos en todo. Así es como funciona la democracia: agarras lo que puedes, intentas conservarlo y añadir algo si es posible. Así es también como funciona la dictadura sólo que una esclaviza y la otra destruye a sus desheredados»
- «La mayoría de la gente va del coño a la tumba sin que apenas les roce el horror de la vida».
- «Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos»
- «La diferencia entre una democracia y una dictadura es que en una democracia, primero votas y después recibes órdenes. En una dictadura no tienes que perder el tiempo votando».
- «Nunca sentía soledad; cuanto más separado de la especie humana se encontraba, mejor se sentía».
- «Hay en mí algo descontrolado, pienso demasiado en el sexo. Cuando veo una mujer me la imagino siempre en la cama conmigo. Es una manera interesante de matar el tiempo en los aeropuertos. Parece una historia sobre sexo y borracheras, cuando en realidad es un poema sobre el amor y el dolor».