Detalles.- Si te has perdido los últimos 100 años de historia, si nunca has trabajado porque eso es muy mainstream o si simplemente eres un millennial, seguramente no sabes a qué nos referimos cuando hablamos de “salario mínimo”.
Así que primero un poco de contexto:
La regulación del salario mínimo fue establecida por primera vez en el estado australiano de Victoria, en la Employers and Employes Act de 1890, y fue producto de levantamientos obreros para recriminar y legalizar un salario mínimo a percibir por un trabajo realizado.
El salario mínimo debe garantizar al trabajador el acceso a vivienda, artículos de la canasta básica, así como la compra de vestuario, transporte y útiles escolares para los hijos. El salario mínimo, sumado a la reducción de la jornada laboral a no más de 8 horas diarias y a no más de 40 horas semanales, debería permitir incrementar notablemente el nivel de vida de las familias de la clase trabajadora.
En pocas palabras: el salario mínimo viene a ser una especie de “garantía” de que la sociedad y el modelo económico no nos regresará a la época de la esclavitud. Garantía entrecomillas porque el capitalismo salvaje solo es una versión “mejorada” de la esclavitud.
Ahora, ya entrando en materia (si eres millenial y has leído hasta aquí: ¡Felicidades!) durante décadas se ha sostenido que aumentar el salario mínimo es perjudicial para las economías porque, según la ley de la oferta y la demanda, un salario más alto reduce la demanda de trabajo. Se dice además que la solución de la crisis pasa por reducir los salarios… y aumentar más el desempleo. Sin embargo, una investigación realizada por Arindrajit Dube, economista especializado en Economía del Trabajo y profesor de la Universidad de Massashussets, ha constatado que el aumento sectorial del salario mínimo no reduce puestos de trabajo como predice la teoría convencional.
Dube ha abofeteado en la cara a quienes defienden que los bajos salarios mínimos son mejores (esta idea ha sido bastante popular, sobre todo entre los empresarios… ¿Por qué será?) investigando el tema durante 20 años en distintas regiones de Estados Unidos. Su larga investigación ha demostrado que el aumento del salario mínimo no solo es bueno para el empleo sino también para el consumo.
Los teóricos más convencionales siempre presionaron los salarios a la baja, e instaron a producir en los lugares donde la mano de obra era más barata. Así fue como miles de fábricas se trasladaron a China o a los barcos factoría donde pagaban a los trabajadores la décima parte del sueldo existente en Europa o Estados Unidos. A esto se le llamó competitividad laboral. Esa competitividad generó los enormes desequilibrios que hoy tenemos, con las mayores tasas de desempleo en 60 años. Volver a la normalidad tomará tiempo, pero por algo hay que comenzar.
¿Y en Latinoamérica?
A principios de este año, el Gobierno de Perú decretó incrementar el salario mínimo que perciben los trabajadores del país en 100 soles, con lo que la remuneración mínima vital pasará de 750 soles a 850 soles (unos USD 252 al cambio actual).
Por su parte, los ecuatorianos perciben un salario básico de USD 366 y los argentinos cuentan con un mínimo mensual de 6,060 pesos (unos USD 413). En Bolivia el sueldo esencial es de 1,656 bolivianos (unos USD 244) y en Uruguay de 11,150 pesos (unos USD 349). En México se sitúa en los 2,220 pesos (unos USD 128).
Paraguay dispone de un sueldo mínimo de 1,824,055 guaraníes (unos USD 324), en tanto que en Brasil es de 880 reales (unos USD 245) y en Chile 250,000 pesos (unos USD 373).
En Centroamérica, es en Panamá donde perciben el salario mínimo más alto: USD 677 en la región uno y USD 529 en la región dos. Los costarricenses también se encuentran entre quienes reciben los sueldos básicos más altos en América Latina. El mínimo mensual asciende a 278,207 colones (unos USD 520).
Por otra parte, en Honduras el salario mínimo promedio es de 7,419 lempiras (unos USD 327). Los nicaragüenses perciben un sueldo básico de unas 4,000 córdobas (unos USD 169), los salvadoreños de USD 251.70. Por último, en Guatemala remuneración básica alcanza los 2,600 quetzales (unos USD 337).
Entonces…
La discusión sobre el salario mínimo está lejos de terminar, la lucha se sigue centrando en patrones políticos bastante desfasados: la derecha usualmente es la que está en contra del aumento salarial mientras que la izquierda lo apoya. Pero lo cierto es que la crisis que está viviendo la región es un buen momento para comenzar a replantearnos todas esas teorías obsoletas (esas que nos juraron que cuando los ricos se hicieran más ricos los pobres viviríamos mejor) y ver cómo se comienzan a construir sociedades desde abajo, desde la base. Como debió ser desde el principio.
VoxBox.-