La gira de Walt Disney como enviado del presidente Franklin Roosevelt a Latinoamérica, en septiembre de 1941, marcó el inicio de la conquista cultural gringa.
Detalles.- En septiembre de 1941, en el propio apogeo de la Segunda Guerra Mundial, Walt Disney visitó cuatro países de Latinoamérica, por encargo directo del presidente Franklin Roosevelt. Aquel viaje es considerado un punto de partida de la colonización cultural de la región.
“Ocurrió en vísperas de la Guerra Fría, cuando se estaba estableciendo la disputa cultural por los imaginarios colectivos. Disney es una figura central en este enfrentamiento, ya que el cine es una herramienta fundamental para el canon occidental. Las producciones culturales de esta industria comienzan a masificarse en esta época”, aseguró el sociólogo Miguel Ángel Contreras Natera, profesor investigador de la Universidad Central de Venezuela a Sputnik.
Estados Unidos había comprendido la eficacia de las pantallas del cine y la televisión para influir en las personas, así que Roosevelt decidió que lo mejor era enviar a su principal embajador cultural.
Los cuatro países elegidos fueron Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.
Disney mantuvo reuniones con altos representantes de todos los gobiernos, incluidos presidentes, para transmitir el mensaje del mandatario estadounidense.
En diciembre de ese año Uruguay rompió su neutralidad, cortó relaciones diplomáticas con los sucios comunistas e intentó influir para que otras naciones hicieran lo mismo.
Tres años después llegaría el corto de Disney El pelícano y la agachadiza. Los pájaros protagonistas se llaman Monte y Video, palabras que unidas forman el nombre de la capital uruguaya.
Así, después de aquella gira, el creador del Ratón Mickey comenzó a producir personajes estereotipados de la región, enamorando así a las audiencias latinas.
“Mickey Mouse es una marca que conformó imaginarios basada en prejuicios de cómo EE. UU. mira a la región. Disney pasó a ser uno de los embajadores culturales en la guerra blanda contra América Latina y el mundo”, continúa Contreras.
La guerra psicológica
Algunos años después de la gira de Disney, el presidente gringo Dwight Eisenhower dijo que la guerra más importante era la psicológica.
Muy sospechoso, ¿no?
No. Para nada sospechoso. De acuerdo con el académico, los vínculos entre cine y política se vuelven evidentes cuando uno observa el papel que cumplió el senador Joseph McCarthy en la conformación de espacios de censura. Aquella época oscura del cine, conocida como macartismo, de la que nos buena cuenta la película Trumbo.
Cine, política y Disney
Pero la relación solapada entre cine y política en Estados Unidos se vivió en muchas otras etapas: Fiebre de sábado por la noche, dice el sociólogo, es una película que muestra el modelo del nuevo joven, un individuo de clase obrera que trabaja de lunes a viernes y que utiliza los fines de semana para bailar música disco. Una vida desenfadada, sin muchas preocupaciones, sin mucho interés político o social. Ideal para los gobernadores.
Ha sucedido más recientemente con películas como Contacto, en las que Estados Unidos nos quiere demostrar lo importante que son la seguridad nacional y así excusarse de los muchos atropellos que cometen.
¿Ven cómo todo lo que consumimos, vemos o escuchamos siempre lleva un trasfondo político?
Lo mejor para evitar la manipulación masiva es y será siempre la educación de los pueblos y de los individuos.