El hallazgo de meras bacterias en otro planeta causaría una revolución en el cristianismo similar a la provocada por el descubrimiento realizado por Nicolás Copérnico.
Detalles.- Para el cristianismo, Dios creó el hombre a su imagen y semejanza, y sacrificó a su único hijo para salvar a la humanidad. Pero… ¿qué pasaría si no estamos solos en el Universo? ¿Quién salvaría a los demás? Expertos consideran que el descubrimiento de vida extraterrestre sería un gran desafío para la doctrina cristiana.
El hallazgo de meras bacterias en otro planeta causaría una revolución en el cristianismo similar a la provocada por el descubrimiento realizado por Nicolás Copérnico, que obligó a la Iglesia a reconocer que la Tierra no era el centro del universo, sino que giraba alrededor del Sol, como los otros planetas, consideró Vesa Nissinen, experto en religión de la Universidad de Helsinki, citado por el medio Helsingin Sanomat.
Por su parte, Jussi Sohlberg, investigador del centro finlandés para el estudio de la Iglesia, no cree que la posible existencia de vida en otros planetas pueda amenazar a la doctrina evangélica luterana. El hallazgo de vida inteligente, sin embargo, tendría consecuencias completamente distintas, según el experto.
La existencia de vida inteligente extraterrestre plantea algunas cuestiones interesantes, pero la principal de ellas, según Nissinen, es si los representantes de las civilizaciones lejanas, así como los humanos, son a imagen y semejanza de Dios.
El tema de la Salvación es probablemente el más complejo, si se trata de la existencia de vida inteligente en otros planetas. ¿Es la misericordia divina aplicable a los extraterrestres? Y, en caso positivo, ¿cómo?
Según Nissinen, hay dos maneras de abordar esta cuestión. De acuerdo con la primera de ellas, la humanidad es el pueblo escogido por Dios y su propósito es llevar la palabra divina a los demás seres inteligentes. Esta es la posición defendida por el Vaticano, destacó el experto. La otra visión de la cuestión sugiere que la salvación se otorga a las civilizaciones del Universo separadamente.
Pese a que la segunda teoría suene lógica, la misma lleva a conclusiones teológicas raras. “La idea de que Jesús viaje desde un planeta a otro sacrificándose a sí mismo socava la idea evangélica de la singularidad de este evento”, subrayó Nissinen.
La situación más compleja se daría, según el experto, si llegara a la Tierra una civilización más avanzada que la humanidad. Los extraterrestres, además, podrían traer sus propias creencias consigo o, entonces, presentarse a los humanos como dioses.
“Hay un punto de vista que defiende que la aparición de extraterrestres llevaría a una crisis religiosa tan grande, que la Iglesia podría no recuperarse y desaparecería por completo o sería reemplazada por algo nuevo”, destacó Nissinen.
Sin embargo, recordó que el cristianismo ha demostrado una gran capacidad de adaptación a través de los siglos.
Para el experto, las cuestiones espirituales seguirán siendo relevantes incluso después de un encuentro con civilizaciones extraterrestres. No importa lo avanzados que sean estos seres, es difícil imaginar que sean capaces de dar una respuesta satisfactoria a las preguntas acerca del significado de la vida o de librar al mundo de la injusticia, concluyó Nissinen.