Existe una ley conocida como “Ley de Murphy”, la cual es famosa por supuestamente expresar que “Si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Opinión.- Cuando algo desafortunado o afortunado ocurre, la percepción de la causa de dicho suceso varía dependiendo de las creencias de las personas. Algunos llaman a este tipo de sucesos “destino”, otros lo llaman “casualidades” y otros incluso les dicen “suerte”, pero ¿hay alguna teoría o ley científica detrás de estos sucesos?
Más allá de las creencias de cada quien, existe una ley conocida como “Ley de Murphy”, la cual es famosa por supuestamente expresar que “Si algo puede salir mal, saldrá mal” —así es como la ven los pesimistas, por el famoso caso de la tostada que siempre cae con la mantequilla hacia abajo—; sin embargo, lo que realmente dice es “todo lo que puede suceder, sucede”.
Independientemente de lo que esta ley expresa en su enunciado, la misma quiere decir que cuando un evento tiene la posibilidad —dadas las condiciones de ocurrir—, ocurre en algún momento, ya que todo se resume a una cuestión de posibilidades.
El contexto de la aplicación puede variar desde resultados buenos, malos o irrelevantes, por lo que la teoría de que solo aplica para resultados malos no es cierta: solo que generalmente los malos resultados resaltan más.
Esta ley fue ideada por el ingeniero aeroespacial Edward A. Murphy, Jr. Él un día estaba probando en un cohete la resistencia humana a la Fuerza G durante una desaceleración repentina. En el experimento, el arnés de la persona dentro del cohete contaba con medidores configurados por Murphy, para obtener una lectura de la Fuerza G que dicho hombre experimentaría. Luego de la brusca frenada, los medidores arrojaron “0” en los valores, y la razón había sido que el asistente de Murphy había cableado dichos medidores en dirección contraria. Cuando se dieron cuenta de lo sucedido, Murphy exclamó: “Todo lo que puede suceder, sucede”, haciendo referencia al error de su asistente.
Para efectos prácticos, hay muchas demostraciones de la ley, y uno de los ejemplos es que el día que andas más apresurado el tráfico está más lento, compras el único teléfono que vino con defectos de fábrica, llueve el día de tu fiesta al aire libre… y cualquier evento desafortunado de la vida. Todas estas situaciones tienen algo en común: dadas las condiciones, en todas existía la posibilidad de que ocurrieran los casos mencionados —que por cierto eran los menos deseados—.
La enseñanza de esta ley consiste en tomar precauciones y evitar estas situaciones, ya que en muchas de ellas, si se estudian con anticipación las condiciones, se pueden tomar acciones preventivas que reduzcan las posibilidades del peor de los escenarios.
Acciones simples como salir más temprano para que el tráfico no te retrase más allá de lo que debería, pedir prueba del teléfono antes de comprarlo, preparar un plan B para la fiesta por si ese día llueve, pueden cambiar de forma drástica los resultados que obtienes en tu vida.