Detalles.- La sinestesia es una sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra, y eso es lo que padece Melissa McCracken.
En palabras sencillas, podríamos decir que es una especie de traspolación de sentidos en el cerebro. Esto permite, por ejemplo, ver los sonidos, oler texturas o probar los colores.
¿Qué sucede cuando una persona decide aplicar esa condición al arte?
Sucede algo como Melissa McCracken. Melissa tiene cromestesia, uno de los tipos de sinestesia más comunes, que permite traducir la sensación de sonido a color.
Considerando que se dedica a pintar, es fácil suponer que se dedica a crear obras inspiradas en sonidos, canciones o géneros de música que disfruta.
Dependiendo del género, la ve de una forma u otra:
La música expresiva como el funk es mucho más colorida, pues todos los instrumentos, melodías y ritmos crean un efecto altamente saturado. Las guitarras son generalmente doradas y angulosas, y el piano es más en tonos mármol y espasmódico, debido a los acordes. Rara vez pinto música acústica, porque a menudo solo hay una persona tocando la guitarra y cantando, y nunca pinto canciones country, porque son aburridos marrones apagados.
En esencia, lo que sucede es que su cerebro tiene “errores” (con énfasis en las comillas), que traduce de forma de equivocada algunos estímulos.
El descubrimiento de Melissa McCracken
Pero Melissa McCracken no sospechó que el resto del mundo no podía sentir igual que ella, hasta que llegó a los 15 años:
Hasta los 15 años, creía que todo el mundo veía colores constantemente. Cuando le pregunté a mi hermano de qué color era la letra C (amarillo canario, por cierto), me di cuenta de que mi mente no era tan normal como pensaba.
¿No sería genial poder tener ese superpoder?
Los amigos de Great Big Story hicieron este pequeño video, que podría hacer de tu viernes un mejor lugar: