Hablar de religión, creencia y fe no deja de tener un sabor picante en cada una de sus exposiciones. Quienes la defienden por un lado, quienes la cuestionan por el otro.
Opinión.- Se viene una época del año en la que hace aproximadamente 2000 años murió un hombre. Para salvar a unos y darnos vacaciones a otros.
Hablar de religión, creencia y fe no deja de tener un sabor picante en cada una de sus exposiciones. Quienes la defienden por un lado, quienes la cuestionan por el otro. Al final ambas partes tratamos de vivir en un mismo mundo y de lidiar con una misma nacionalidad.
De las pocas cosas que nos une a creyentes y escépticos es la Semana Santa. No la discutimos y ambos bandos la disfrutamos, de manera distinta, pero pasamos buenos momentos en estos tiempos. Sin embargo, no deja de rondarme algunas ideas sobre este asunto de la muerte y posterior resurrección de aquel que muchos llaman Mesías.
El judaísmo aún espera la llegada del Mesías y el islamismo dice que aquel que murió no fue el hijo de Dios. Pero el cristianismo afirma con su fe que el Mesías murió un viernes y resucito al tercer día.
Y acá entra lo que me ha causado duda en los últimos años. La tradición cuenta que Jesucristo, al no recibir el beneficio de la liberación de un prisionero por la Pascua, fue condenado a cargar la cruz al Gólgota, lugar donde se crucificaban a todos los condenados. Entre tormentos, lágrimas y una madre que diera por cargar ella la cruz de su hijo cumplió su profecía. Pasado del mediodía, siendo las 15 horas, pregunto a su Padre del porqué lo había abandonado, y dando su último suspiro se entregó a la incertidumbre de la muerte.
El cristianismo es una práctica monoteísta, por lo que es inadmisible más de una deidad. De ahí que se diga que es UNO Y TRINO, o sea, Dios, Hijo y Espíritu Santo son uno solo. Por eso se nombra la Santísima Trinidad. Volviendo a lo de antes, si Cristo murió un viernes a las 3 de la tarde y resucitó un domingo por la mañana, ¿quién gobernó en esos días? Lo más lógico es pensar en la contraparte del Trino, el mal o Satanás, como se quiera nombrar. Dado que a nivel bíblico ha sido una lucha de poderes, cuando el bien falta el mal ocupa ese espacio.
Estamos hablando prácticamente que el día sábado en su totalidad es un día anárquico, sin amo ni dios, e incluso así no hay señales de que hayan pasado calamidades o tormentos en aquel día donde no hubo Dios (la Biblia no narra nada extraordinario de ese día), a pesar de que, como lo expuse, el que gobernaba en ese momento era el “mal”. Entonces tal vez el mal no sea tan malvado como nos lo pintan o no tenga tanto poder como nos han hecho creer, porque ¿qué otra explicación puede haber, que cuando el mal pudo tener la potestad para hacer su antojo no lo hizo?
Veamos otro aspecto. Al estar muerto el Trino, ¿quién iba a resucitarlo? Dado que si está muerto no puede resucitarse a sí mismo, lo que nos lleva a otra duda: ¿realmente el cristianismo promueve solo un Dios? Ya que alguien tuvo que tener el poder de revivirlo (aunque la Biblia no lo exprese, para mí esta idea está tacita en las tradiciones cristianas). Porque si Él mismo tiene el poder para volver, ¿de qué sirve su muerte, si es que se le puede llamar a eso muerte? Sería como dormir, cosa que haría que la profecía perdiera sentido.
Los creyentes podrán decir que en ese tiempo en que Dios estuvo muerto los ángeles guardaron la tierra. De ser así, me surge otra duda. Si los ángeles pueden resguardarnos del mal, ¿por qué la necesidad de mancillar y entregar a su hijo a la maldad del hombre, si tan solo con los ángeles, querubines y arcángeles se puede salvar al mundo?
No lo sé. Pero donde muchos ven unos días de sacrificio de un Dios, yo veo una muestra de que se puede vivir sin Dios y el mundo seguirá orbitando.
VoxBox.-