Guatemala ha comenzado a llorar sangre, y si la responsabilidad por parte de las autoridades no se lleva a la praxis, quizás este podría ser el inicio de otro movimiento social.
Opinión.- En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), en Guatemala se ha suscitado una de las tragedias que más conmoción ha causado a los guatemaltecos, y es que en una de las casas de tutela del Estado para la protección de los menores de edad, llamado Hogar Seguro, Virgen de la Asunción, 19 niñas murieron calcinadas, y hasta este momento otras 18 han muerto a causa de las graves quemaduras en los dos hospitales públicos más importantes del país, y además se conoce que otras 14 niñas se encuentran en un estado reservado, donde la probabilidad de sobrevivir se encuentra entre un 10 % y 15 % debido a la gravedad del estado clínico de las menores.
Debido a este acontecimiento, se ha comenzado a exigir a las autoridades pertinentes la responsabilidad de esta tragedia. El director del centro ha renunciado a su cargo, y hasta ahora el titular de la Secretaría de Bienestar Social ha expresado públicamente que no va a renunciar al mando (a pesar de que estos centros de protección se encuentran bajo su dirección). El presidente de la República, Jimmy Morales, tampoco ha exigido la renuncia del titular de la Secretaría y hasta ahora no se ha hecho cargo directamente de la tragedia que ha enlutado a los guatemaltecos.
Hasta ahora las investigaciones no han llegado a una conclusión sostenida sobre la responsabilidad de la tragedia; sin embargo, en la forma en cómo se han dado los hechos deja dudas sobre la versión oficial que ha sostenido el Ejecutivo. El día anterior a la tragedia se daba a conocer un motín dentro del centro de protección, donde los menores denunciaban los malos tratos que sufrían dentro de la institución, y al no tener respuestas favorables a sus peticiones decidieron amotinarse para tomar el control del centro de protección. Durante la noche del 7 de marzo se conocía la intervención de las fuerzas de orden público para retomar el control del centro, y esto a petición del hasta entonces director del centro, para proteger a los trabajadores del Hogar Seguro, y desde ese momento comenzaría el guion de la tragedia.
Debido a la polémica del centro de protección de menores, comenzarían a salir a luz denuncias que distintas instituciones realizaron debido al conocimiento de abusos sexuales (además de otros delitos) que se daban dentro del centro. Y eran denuncias que habían sido realizadas con mucha antelación, denuncias que fueron dejadas en el olvido. A la mañana siguiente (en la mañana de la tragedia), aproximadamente 50 niñas se encerraban en una habitación y utilizarían como combustible las colchonetas de esponja para iniciar el fuego, o al menos esa es la versión oficial. Sin embargo, existen dudas al respecto.
¿Por qué las niñas se encerrarían en un cuarto y solo una de ellas iniciaría el fuego incluyendo a otras? Lo que ocurrió esa mañana es que las niñas no se encerraron como medida de protesta, sino que fueron hacinadas en una habitación de aproximadamente 16 m² y utilizando como excusa el amotinamiento de la noche anterior, así como las fugas que se realizaron esa semana, para quemar a las niñas con toda la intencionalidad de acabar con sus vidas, y tratando de adjudicar la responsabilidad a las mismas menores debido al amotinamiento presentado la noche anterior, pero ¿quién ha sido el autor material del hecho?
Para Eddy Morales, exdirector del Sistema Penitenciario, quien habló para VoxBox exponiendo: “La responsabilidad administrativa de la tragedia recae, en primer lugar, al director del centro de protección de menores (Hogar Seguro), luego al secretario de Bienestar Social, así como al presidente de la República y su esposa, quienes tienen un control directo sobre estos centros de protección, debido a que se encuentran dentro de la cartera de protección social, siendo uno de los ámbitos que ellos tratan directamente sin la necesidad de una intermediación de otras instituciones para ejecutar órdenes. Además, es improbable que el presidente tuviera desconocimiento sobre los abusos que se cometieron dentro de este centro de protección”. Esto se suma a una secuencia de desaciertos del Poder Ejecutivo, donde el presidente ha tenido un desgaste visible desde que su hijo y su hermano comenzaron a ser procesados por temas de facturación de eventos que nunca fueron realizados, pero sí pagados por parte del Estado.
Para Eddy Morales, este caso le recuerda a lo que sucedió en Granja Penal Pavón, en el año 2006, donde se utilizaría como excusa un amotinamiento en el centro carcelario para ejecutar extrajudicialmente a 8 personas: todo esto planeado por el entonces director de la Policía Nacional Civil Erwin Sperinsen, quien por el caso ha sido condenado en Suiza a cadena perpetua. “Pareciera que el guion se repitiera. Necesitaban crear un ambiente de zozobra para ejecutar a las niñas, quizás el personal se sentía amenazado porque saldría a luz todos los abusos que ellos han cometido dentro del centro, que pareciera sufrir las mismas deficiencias que el Federico Mora (El Hospital Nacional de Salud Mental, que en un reportaje de la BBC daría a conocer las violaciones que sufrían los internos) y agregaron las ejecuciones de las niñas para callar los abusos”.
Guatemala ha comenzado a llorar sangre, y si la responsabilidad por parte de las autoridades no se lleva a la praxis, quizás este podría ser el inicio de otro movimiento social que podría exigir de nuevo el puesto del presidente.
VoxBox.-