Nocturnals Animals posiblemente sea una de las mejores propuestas del 2016. Basada en la novela Tony y Susan, de Austin Wrigh.
Cine.- Existen películas de las que escuchas hablar en el momento de su estreno pero por alguna razón no terminan de capturar tu atención sino hasta un tiempo después y cuando por fin las visualizas, te arrepientes completamente de no haberlas visto antes.
Nocturnals Animals posiblemente sea una de las mejores propuestas del 2016. Basada en la novela Tony y Susan, de Austin Wrigh. Es el segundo largometraje de Tom Ford y una de las mayores nominadas en premios de la crítica, además de ser candidata al León de Oro en Venecia.
La película cuenta la historia de Susan (Amy Adams), dueña de una galería de arte cuya existencia se ha venido diluyendo en un entorno superficial y un matrimonio deteriorado. Un día recibe un manuscrito de su ex-esposo, Edward (Jake Gyllenhaal), que será su primera novela para publicación y estará dedicada a ella, titulada “Animales Nocturnos” también en su honor.
Susan se encuentra cada vez más inmersa en la novela, encontrándose con un relato profundamente humano sobre un hecho violento y la búsqueda de un hombre por venganza. Esta historia “paralela” sirve a veces como una metáfora a la vida que la misma Susan ha escogido, haciendo que se replantee encontrarse nuevamente con Edward tras 19 años de su separación.
Esta es una película con un guion complejo, no solo porque estamos ante dos historias contadas en paralelo sino tres; ya que también aborda diferentes periodos de tiempo en la relación de Susan y Edward para entender la razones de su separación y el génesis de lo que inspiraría la “ficción” dentro de la propia ficción.
A pesar de estos saltos en la trama en todo momento funcionan, se mantiene como una construcción coherente, es apelativa al no alejarse nunca de las emociones más profundas y humanas de los personajes convirtiéndola en una reflexión muy personal sobre la vida ante la creación artística y cómo se conjuga esta con las relaciones.
Vemos dos mundos cinematográficos en el que colisionan distintos géneros no excluyentes, sino complementarios: uno es el de la novela, que funciona como una historia policial, cruda, desgarradora y aterradoramente personal, que al mismo tiempo contrasta con la vida “real” de Susan, que se mueve más hacia el thriller psicológico entre la soledad y el aislamiento.
La película en sus dos facetas posee propuestas estéticas diferentes, haciendo magistral el trabajo de dirección de arte, cuenta con excelentes interpretaciones especialmente las de Amy Adams y Aaron Taylor Johnson (como uno de los antagonistas dentro del relato de la novela), pero los valores que verdaderamente predominan son la construcción visual del relato y la naturaleza de la historia que cuestiona en todo momento hasta qué punto converge la ficción creada de un artista con su propia realidad.
Reta constantemente la sensibilidad del espectador y te hace reflexionar sobre su final, que te cae como un balde de agua fría. No dejará indiferente a nadie.
VoxBox.-