Tecnología.- El título podría ser un tanto engañoso, porque suena más a cuento de ciencia ficción, pero no lo es, es real: en Tama, un distrito de Tokio, hay una Inteligencia Artificial que quiere ser alcalde.
Ajá, entre el resto de candidatos humanos, se ha presentado un robot.
Según reportes de nuestros amigos de Otaquest, en Tama se vive un ambiente electoral bastante común y corriente: por todos lados se pueden ver carteles que muestran los rostros de los líderes de los partidos con lemas que prometen cambios para la ciudad, una mejor vida, la inmortalidad, la cura al cáncer… ya sabes, todas esas estupideces que ofrecen los políticos cuando andan encampañados.
La única diferencia con Tama y cualquier otra parte del mundo donde hayan elecciones es que, entre toda la propaganda electoral, está también la del candidato robot (al que le han puesto Michihito Matsuda). Matsuda ha aparecido en furgonetas, carteles e incluso fragmentos de audio inspiradores.
¿Cuáles son las promesas de la Inteligencia Artificial que quiere ser alcalde?
Digamos que, en esencia, el discurso de Matsuda no varía mucho: ofrece “oportunidades justas y equilibradas para todos”. El robot posible-futuro-alcalde se ha comprometido a analizar todas las peticiones presentadas al consejo, para sacar un balance estadístico de los aspectos positivos y negativos de cada una.
Otra gran promesa de Matsuda consiste en captar el diálogo y los deseos de los residentes, antes de calcular el mejor rumbo de acción.
¿Un ofertón? Eso no es todo: también está comprometida a actuar racionalmente cuando surjan conflictos entre los residentes.
¿Quién controla a Matsuda?
La campaña está controlada por dos gurús de la tecnología: Tetsuzo Matsuda y Norio Murakami.
Matsumoto es el vicepresidente del proveedor de servicios móviles Softbank. Murakami (no el escritor, claro) es un exempleado de Google Japón. Ambos han diseñado un sitio web de campaña para Matsuda, el robot.
Matsuda (el robot) incluso se ha atrevido con un discurso apasionado sobre su visión política inusual, en pro del desarrollo de viviendas que se construyó en la década de los sesenta y que es el más grande de Japón:
Tama New Town fue la ciudad más avanzada de Japón, hace 40 años. Tal como está, la población que envejece seguirá creciendo, lo que provocará la necesidad de un cambio en la actual administración. Dejemos que la inteligencia artificial determine las políticas recopilando datos de la ciudad y podremos crear políticas claramente definidas.
Matsuda y Murakami dicen que el futuro tendrá mucho que ver con algoritmos capaces de analizar los deseos y las peticiones de la población, satisfaciendo necesidades y resolviendo conflictos como ya lo hace su sistema. “Podremos desarrollar políticas imparciales y equilibradas. Implementaremos medidas rápidamente, acumulando información y liderando la próxima generación”.
Está claro que a nosotros, ciudadanos del tercer mundo, esto nos suena más a un apocalipsis tecnológico que a un avance real de la humanidad. ¿Cómo es posible que un pedazo de código va a tomar decisiones por nosotros? ¡¿Es que acaso nos estamos volviendo locos?! ¡Es el fin del mundo del que habla la Biblia!
No exageremos y mejor miremos el lado amable: es casi imposible que una Inteligencia Artificial sea peor que nuestros gobernantes actuales.