Detalles.- La gran fiesta del fútbol mundial Rusia 2018 está a la vuelta de la esquina y el hype está al tope… tanto así, que ya se especula que la Copa del Mundo 2026 será en Norteamérica.
Esto lo sabemos porque en el marco del 68.º Congreso Ordinario de la Conmebol, realizado en Buenos Aires, la Confederación Sudamericana de Fútbol anunció hace unos días que apoyará en bloque la candidatura conjunta de Estados Unidos, México y Canadá, para organizar el evento de 2026. En esta batalla contiende también Marruecos.
Cabe resaltar que la elección de la sede se realizará el próximo 13 de junio, en Moscú.
El comunicado reza así:
“Mediante esta expresión de respaldo unánime, el Consejo y las diez asociaciones miembro de la Conmebol reafirman su compromiso de seguir trabajando con FIFA y la Concacaf, para promover e impulsar el desarrollo del fútbol en las Américas”.
“Nuestra convicción es que el fútbol sudamericano puede y debe contribuir al desarrollo del fútbol, en todo el hemisferio americano”, agregó el presidente de la entidad, Alejandro Domínguez.
Los dirigentes de Conmebol han considerado que después de los mundiales de México 1986 y Estados Unidos 1994, es el momento para darle un “nuevo impulso al fútbol en la región Concacaf (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe), habitada por 500 millones de personas».
Algunos expertos consideran que esta ayuda será recíproca y que la Concacaf apoyará luego la candidatura de Argentina, Uruguay y Paraguay, para organizar el Mundial de 2030.
¿Serviría de algo que se jugara en nuestras tierras la Copa del Mundo 2026?
Respuesta fácil: sí y no. Sí, por supuesto, porque atraería la atención mediática mundial a nuestra región. Serviría para aspectos más utilitarios, como el auge del turismo y ese tipo de cosas.
Pero probablemente también acarrearía un sin de problemas. Como lo que ocurrió con Brasil: muchísimo dinero estatal invertido en monstruos arquitectónicos que luego no servirán de nada, excepto para exacerbar el descontento social de los sectores más vulnerables.
Pero quizás nos estamos adelantando demasiado a los hechos.
Así que dejamos la pregunta de siempre: ustedes, ¿qué opinan?